Paysandú, Domingo 29 de Septiembre de 2013

OPINIÓN

SOLICITADA

Locales | 29 Sep Más sobre “Gardel
en el puerto”
Deseo comentar sobre este tema a raíz de lo publicado en EL TELEGRAFO con fecha 19 del corriente, transcribiendo “información” plagada de errores de personas de Administración de Puertos y Ministerio de Cultura. Primeramente deseo recordar que en setiembre de 2003 el Comité del Programa Memoria del Mundo de la Unesco, reunido en la ciudad polaca de Gdansk, en la que participaron los 14 especialistas que lo integra, se incorporó al Registro de la Memoria del Mundo el archivo completo de los casi mil discos originales, grabados por Carlos Gardel, y que fueron recopilados por el uruguayo Prof. Horacio Loriente. Por lo tanto, desde el año 2003, la discográfica de Carlos Gardel pasó a ser Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad, hace en estos días 10 años.
En octubre de 1933, Gardel con los guitarristas Guillermo Barbieri, Horacio Pettorossi, Domingo Riverol y Julio Vivas (de éstos guitarristas no hubo foto en Paysandú), realizaron la gira por nuestro país, que resultó ser la última visita de Carlitos Gardel a Uruguay, y en Paysandú, aparentemente su última actuación en vivo en nuestro suelo, pues no poseo información documentada si actuó en Mercedes. Primero fue en Montevideo; varias funciones a sala colmada en el Teatro 18 de Julio, en el Jockey Club, Club Uruguay, cantó en Radio Carve y en el Hospital Fermín Ferreira. También arregló los trámites para la escritura pública para iniciar la obra de la mansión que hizo levantar en la calle Pablo Podestá 1421 en Punta Gorda, a dos cuadras de la Rambla República de México en la playa de La Mulata, donde pensaba venir a vivir cuando se retiraría de la actividad artística en el año 35, pero el destino no lo quiso; todo quedó trunco en Medellín. Este chalet, que Gardel no llegó a conocer, en la actualidad es “La Casa de Gardel”, donde desde 1995 se estableció allí el Centro de Rehabilitación y Recreación para personas discapacitadas. Y volviendo a la gira, actuó en San José de Mayo en el Teatro Macció de la capital maragata, luego en el Teatro Larrañaga de Salto, y el 24 de octubre del 33, en la tardecita llega a Paysandú, en el ferrocarril desde Salto. Se aloja en el Nuevo Hotel, que así lo llamaban al Hotel de París, que en la actualidad se conserva a pleno éste histórico edificio que es el Hotel París, de los Ogara. Allí fue; entre mucha gente, conversó Gardel con el cronista de EL TELEGRAFO, Luis Alejo Talamás “El gallego”, quién fue también relator de fútbol y luego Prof. Talamás, por muchos años director del Liceo Departamental. Él fue quien tuvo la feliz idea de preguntarle nacionalidad a Carlitos, lo que el mago contestó: “Un artista, un hombre de ciencia, no tiene nacionalidad. Un cantor tampoco, es de todo y sobre todo, su patria es donde oye aplausos, pero ya que insiste; uruguayo, nacido en Tacuarembó”.
Para los investigadores sobre el nacimiento de Gardel, esta repuesta resultó ser de los certificados más contundentes. Lo publicó EL TELEGRAFO el 25 de Octubre de 1933, la nota es más extensa, con el título: “Carlitos Gardel habla para EL TELEGRAFO”; sub título: “El cantor uruguayo irá a Europa y Estado Unidos, en breve”. Actuó en el Florencio el 25 y 26 de Octubre del 33. En un momento, en su última función, presentando un tema, dijo: “Voy a interpretar de la autoría de un hijo predilecto de ésta ciudad; de mi amigo y colega Alfredo Gobbi, con mucho gusto para todos ustedes, el vals ‘La entrerriana’”- (ovación).
En su discografía dejó Gardel cinco temas del precursor del tango - canción que fue Alfredo Gobbi. En el año 1923 grabó a dúo con el montevideano José Razzano la tonada “Preciosa Mía”; en el 24 el tango “Sin Madre”; el 25 la tonada “El Picaflor”, también con Razzano; en el 27, ya con el sistema electrónico, el vals “La Entrerriana”, todos con las guitarras de “el negro” José Ricardo y Barbieri para el sello Odeón; y en 1930 para el mismo sello, con las guitarras del montevideano José María Aguilar, Barbieri y Riverol, el vals “Delirio Gaucho”.
Finalizada la función en el Teatro Florencio Sánchez la noche del 26 de octubre, Gardel, sus guitarristas y admiradores ya amigos, que había cosechado con su gran simpatía en Paysandú. Se fueron al Café-Bar Romano a esperar la hora de emprender la partida. El Bar Romano, con palco y todo, estaba en la esquina de 18 de Julio y Montevideo hasta el año 1946, donde después la familia Masseilot modernizó el salón cambiando el rubro y edificando planta alta. A la hora acordada llegaron los autos “de alquiler” de Antonio Pasarello y Coquet, como bien lo señalaba el Arq. Don Rubén Stagno en su nota “Aclaraciones sobre Gardel en el puerto de Paysandú”, publicada en estas mismas páginas el pasado domingo 22, con la que compartimos plenamente y es un gran aporte. Así fue como terminó la visita de Gardel a nuestra ciudad; rumbo por el único camino que había para ir al sur desde Paysandú; al amanecer del 27 de octubre de 1933, cruzaba en balsa el Río Negro frente a Mercedes, después Cardona, Rosario, ruta 1, Montevideo, puerto, Vapor de la Carrera, Buenos Aires; y a prepararse para el 7 de noviembre. “Subir al piróscafo”, como decía Gardel, para Europa y después, de allí, a Estados Unidos.
Blas Viola


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