Policiales | 25 Sep Dos autorradios y una potencia buffer fue el producto del hurto perpetrado en una casa de repuestos de la zona de avenida República Argentina y Felipe Argentó, en un área comercial donde en las últimas tres semanas se han registrado al menos 15 hurtos y que durante las madrugadas se convierte en “tierra de nadie”, según ilustró a EL TELEGRAFO el damnificado por el nuevo ilícito.
El propietario del negocio fue alertado por teléfono a las 3 de la madrugada que le habían roto un vidrio e ingresado a su comercio.
Ya en el lugar, se estableció que los malvivientes habían dañado con una baldosa un vidrio de 6 milímetros de espesor, reforzado con lámina de seguridad.

GOLPES DESPERTARON A VECINOS
La lámina resistió los golpes y se mantuvo intacta pero, al astillarse el vidrio, los ladrones continuaron golpeándolo hasta que cedió en la parte inferior, logrando así un espacio suficiente para ingresar y perpetrar el hurto.
El ruido provocado por los golpes despertó a varios vecinos y uno de ellos observó cuando uno de los ladrones se daba a la fuga con una caja debajo del brazo, aunque, debido a las características de los artículos sustraídos, la Policía tiene la convicción de que el ilícito fue perpetrado por más de una persona.
El perjuicio económico causado por el robo fue valorado por el damnificado en 12.000 pesos. Es la tercera vez que esta casa de repuestos es víctima de la acción delictiva en el transcurso de un mes.
En la primera ocasión, los ladrones practicaron un boquete en el vidrio y extrajeron un cargador, en tanto en la segunda oportunidad volvieron a dañar el mismo vidrio, pero no pudieron concretar el robo.

“TIERRA DE NADIE”
Según el damnificado, los comercios --en su mayoría pertenecientes al rubro repuestos-- ubicados en las cuatro manzanas comprendidas entre Bulevar Artigas y Felipe Argentó han sido objeto de una quincena de hurtos durante las últimas tres semanas.
El anterior se produjo a las 5 de la madrugada del lunes en una casa de ventas de artículos de electricidad sita a apenas una cuadra del comercio afectado en la víspera. En todos los casos, la modalidad delictiva es la rotura de vidrios mediante la utilización de baldosas o piedras, aunque no siempre los ladrones ingresan al comercio sino que roban los artículos desde el exterior.
Según el damnificado, la sucesión de hurtos obedece al movimiento prácticamente nulo que presenta el área comercial en horas de la madrugada, cuando la zona se convierte --según dijo-- en “tierra de nadie”.