Opinion | 08 Oct El acceso al agua potable es un derecho humano fundamental que muchos millones de personas no tienen en el mundo. Sin embargo, una de las responsabilidades principales de los Estados debería ser garantizar este tipo de necesidades de sus ciudadanos.
En Uruguay, un país que cuenta con numerosos cursos de agua de donde se extrae el vital elemento para potabilizar y distribuir a la población a través de las redes de OSE, podría pensarse que todas las personas tienen acceso al agua sin problemas. Sin embargo, no es así.
Existe un pequeño porcentaje de personas que por sus condiciones socioeconómicas viven en lugares de las ciudades donde no existen redes de agua potable, en tanto que también se dificulta el acceso al agua potable en algunos lugares del nuestra campaña. Por ejemplo, no todas las escuelas tienen agua ni la han tenido en mucho tiempo.
Por eso, es una buena noticia que el organismo continúa avanzando en el desarrollo de su programa destinado a “pequeñas localidades”, que garantiza el acceso universal al agua potable de escuelas rurales y, a partir de allí, a los caseríos del entorno. Para diciembre próximo se habrán alcanzado las 190 escuelas rurales.
El programa prevé llegar a 355 centros educativos y a 6 mil hogares, lo que comprende a unas 20 mil personas.
Es un programa financiado por la Cooperación Española para el Agua y el Saneamiento e implica una inversión de 12 millones de dólares que aportan la referida agencia y OSE en partes iguales.
Uruguay tiene en todo el país una cobertura global de 94% y un 98% en población nucleada. No obstante, con este programa de pequeñas localidades, se está incrementando aproximadamente en un punto porcentual la cobertura a nivel nacional.
En el caso de los asentamientos, OSE está llevando adelante un programa piloto --en siete asentamientos de Montevideo, uno de Colonia y dos de Canelones-- denominado “Agua+trabajo” a través del cual se desarrollan experiencias socio-laborales. De esta manera, personas del mismo barrio participa en la conformación de cooperativas sociales para poder construir y ejecutar la red, poner la conexión, el medidor y además regularizar el servicio.
Aunque el 94% de la población del país tenga acceso al agua, es realmente importante que el 6% restante tenga las mismas oportunidades de acceso a algo tan básico para la subsistencia y calidad de vida de las personas como el agua. Las que se están instrumentando son políticas necesarias.