Deportes | 11 Oct La laserista sanducera Dolores Moreira comenzó con buen pie la disputa del clasificatorio (para Uruguay) para los Juegos Odesur de 2014 en Laser Radial, y volverá a Buenos Aires hoy para participar en la última etapa de la competencia del sábado al lunes inclusive.
Moreira es la única mujer de nuestro país en competencia, ya que no está Andrea Foglia, la olímpica que no fue de la partida en este selectivo, por lo que es un hecho que la sanducera formará parte de la delegación celeste en Chile.
Por lo pronto, la representante del Yacht Club Paysandú sigue con buen viento, tras haber logrado la medalla de oro en los Juegos Sudamericanos Juveniles de Perú, en este caso en Laser 4.7.
“La idea era hacer podio, aunque nunca pensé en la de oro, sino que podía estar tercera. Pero se fue dando, siempre pude estar entre los primeros puestos, por lo que sabía que no podía cometer errores. Esto es un día a día, porque te va mal y tenés que hacer borrón y cuenta nueva”, dijo quien accedió al oro tras haber entrenado tan solo dos meses antes en una clase a la que abrazó durante ese tiempo.
“Comencé a entrenar en Laser hace un par de meses, pero todos los fines de semana iba a Montevideo para entrenar, y durante la semana realizaba mucho trabajo físico”, afirmó.
Moreira dijo que “el Laser 4.7 es más difícil que el Optimist, y el Radial lo es más, porque la vela es más grande, y se necesita más peso ya que el ideal es 75 kilos en adelante, y yo estoy en los 60”.
Más allá de eso, y de que finalmente es la única dama celeste en la competencia que se retomará el fin de semana próximo en Buenos Aires, Moreira tuvo excelentes resultados en la primera etapa, y espera repetir en las regatas que le quedan por delante. “Obvio que en lo primero que pienso es en los Juegos Odesur, pero no habrá problemas dado que hay dos cupos para Uruguay, pero el sueño son los Juegos Olímpicos. No sé si de 2016, pero ojalá llegue a los de 2020. Hay que trabajar mucho, e incluso estamos analizando con la familia ir a vivir a Montevideo, porque de lo contrario tendría que ir todos los fines de semana a entrenar y se complicaría con el estudio”, afirmó.

LA ANÉCDOTA MOVIDITA
“Nos asustamos mucho con un terremoto, que fue a cinco horas de donde estábamos, pero se sintió mucho. Estábamos en un 10º piso, se empezó a mover todo, salimos corriendo. Lo gracioso fue que mis compañeros se calzaban, y que yo me fui por el ascensor. Pero abajo no se sintió nada”