Paysandú, Viernes 18 de Octubre de 2013
Locales | 11 Oct Respondiendo a la demanda de trámites consulares que los ciudadanos alemanes o sus descendientes realizan en el Interior, la cónsul de la República Federal de Alemania, Úrsula Paltzer, estuvo ayer en Paysandú y agendó diversos trámites para los integrantes de esa colectividad en tierra sanducera. Los temas que le plantean habitualmente --como ayer aquí y hoy en Salto-- están vinculados a derecho de familia, derechos de nombre, pasaportes y asuntos de visas.
Paltzer está en Uruguay desde hace un año, y es su primer destino en América Latina. En un español claro --pese a su acento alemán-- y con muy buen vocabulario, dijo a EL TELEGRAFO que “visité Panamá y Brasil, pero hice un curso de español en Alemania”.
“URUGUAY ERA LO MEJOR”
Sobre qué la motivó elegir Uruguay entre los países que podría haber ido, dijo que “hay motivos diferentes. Me gusta elegir un país bastante chico para conocerlo mejor, y tener la posibilidad de conocer la gente, los lugares y el ambiente. Y para empezar en América Latina, me habían dicho que Uruguay era lo mejor”.
Antes de venir y para conocer mejor nuestra idiosincrasia, “porque es la manera de prepararme”, dijo que “empecé con la literatura uruguaya, leyendo un poco difícil a Juan Carlos Onetti, también a Eduardo Galeano con su libro sobre el fútbol y a Mario Benedetti, que me gusta muchísmo. También leí algunas novelas con contenido histórico de Uruguay”.
UN MUNDO DIFERENTE
Una vez en Uruguay, y comparando con la idea que se había hecho antes de venir, dijo que la realidad “era muy diferente. Después de 12 años en Berlín, llegué a Uruguay en julio del año pasado con mucha lluvia y frío. Y enseguida aprendí que cuando llueve o cuando hay fútbol en Uruguay no pasa nada. Las citas que yo tenía con gente de UTE y OSE para la casa, no aparecieron. Uno me dijo al teléfono que tenía problemas para venir, y cuando le pregunté si era por el fútbol me dijo ‘¡sí, señora!’ De todas maneras para mí es muy amable y no me molesta. Pero es un mundo diferente”. Úrsula reconoció que “lo que me gusta es la primavera y el verano, es maravilloso. Y me gusta la actitud de la gente. Quienes van a la embajada tienen mucha paciencia conmigo, son amables, aprecian mucho cuando hablo español (aunque tenga ‘faltas’) y lo único que creo que es un poco raro es como la gente maneja algunas veces”.
EL MATE
Sobre el mate, dijo que “la gente siempre tiene tiempo de tomar mate, en el auto también, que allá no se hace”. Dijo que “el mate me gusta pero me parecía un poco raro cuando la gente se presentaba con termo y mate (hace el gesto con los brazos). Y la gente lo comparte, en una reunión yo sin conocer a mi vecino de silla me ofrecía un mate”.
Tanto por razones de su trabajo como por su gusto personal, ya ha recorrido buena parte del país. “Con mi marido hemos conocido Lavalleja, un poco Colonia, Tacuarembó y Valle Edén, Paysandú, Salto, Artigas, Minas y el valle del Lunarejo. Nos encanta el norte”.
En cuanto a los alemanes, o sus descendientes, fue muy gráfica al describir que “hablando en cliché, hay alemanes-alemanes y alemanes-uruguayos. Es que después de dos o tres generaciones la gente se integra socialmente. Pero hay pequeños enclaves, colonias muy alemanas donde las familias hablan alemán entre ellas y es como que la reliquia cultural se transmite, y mucho va por el idioma, para entender el mundo cultural de los padres o los abuelos. Lo que deseo para la gente es que disfrute lo mejor de las dos culturas, la paciencia de los uruguayos y los valores culturales de sus familias alemanas”.
Si bien no tiene cifras exactas de los alemanes en Paysandú, dijo que “la comunidad es bastante grande, hay muchos alemanes que son de regiones diferentes de Alemania”.
HAY 40.000 DESCENDIENTES
En Uruguay hay unos 10.000 alemanes con pasaporte, “pero con raíces alemanas hablamos de unas 40.000 personas”, dijo la cónsul. Sobre si se mantienen los vínculos con Alemania, dijo que “algunos sí, no solo los que sacan el pasaporte. Pero hay jóvenes que quieren estudiar en Europa, en España o Alemania; el pasaporte abre puertas. Sería ideal que el pasaporte no fuera el único vínculo, pero a veces se da”. Si bien la Embajada tiene su sección Cultural, Úrsula Paltzer comentó que hay varias formas de vincularse a esa cultura, ya que “en Montevideo hay una escuela alemana, hay escuelas para estudiar alemán y hay círculos privados. Hoy vinieron cuatro damas que pidieron material para estudiar alemán porque tienen unos pocos libros y quieren saber más”.
“También hay intercambios entre escuelas o universidades, hay eventos culturales en la Embajada o en los clubes”. Destacó que “hay vínculos muy fuertes con una cámara alemana uruguaya de comercio y expertos alemanes que trabajan como consultores en empresas uruguayas para compartir la experiencia y el conocimiento”.
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