Paysandú, Sábado 19 de Octubre de 2013
Opinion | 12 Oct Aunque elevó su renuncia a través de una carta a jerarquías del Poder Ejecutivo y también explicó su postura por escrito al sindicato de AFE, el presidente del Directorio del organismo, Jorge Setelich, habría revisado su decisión, al no haberle aceptado la renuncia el presidente José Mujica, y estaría por lo tanto en condiciones de presionar por una salida para la reestructura del ente, que se ha hecho esperar.
En las últimas horas se realizaron varias reuniones en la Torre Ejecutiva a propósito del planteo de dimisión, basado en que el jerarca se ve enfrentado a “soberbia y mediocridad” en el Ministerio de Economía y Finanzas. Poco después el prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa, el ministro de Transporte y Obras Públicas, Enrique Pintado, y el subsecretario Pablo Genta informaron que el presidente de AFE seguirá en el cargo y que el gobierno implementará de inmediato la operadora de carga ferroviaria.
Igualmente, Setelich no dio nada por sentado y argumentó que todo “depende de la evolución de los acontecimientos. En estos próximos dos días y los primeros de la semana próxima se van a producir eventos que van a fácilmente permitir darse cuenta de si Economía nos va a permitir la carta y va a seguir el proyecto este que está en un nivel de detalle bastante importante de cómo se van a hacer las inversiones y cuándo se dan los recursos. Ahí veremos. Si eso se concreta volvemos al marco legal previo a la reunión y por lo tanto podemos seguir avanzando”.
Según planteó Setelich, la reunión que detonó su planteo de renuncia fue la que tuvo con el número tres del Ministerio de Economía y Finanzas, Pedro Apezteguía. “Si somos la persona correcta lo dispondrá el ministro de Transporte, Enrique Pintado, y el presidente de la República y si no pondrán a otro y se arreglarán las cosas, pero lo que sí no estamos es con un doble estándar”, manifestó.
Consideró que “no aceptamos que alegremente después de haber presentado tres presupuestos, cuando no hay ninguna empresa del Estado que lo haga”, el Ministerio de Economía diga que “tienen mucho dinero para invertir en infraestructura pero que a ellos no les han presentado proyecto. A eso me refiero con el tema soberbia y mediocridad”. Lamentablemente, el tema de AFE parece un entuerto de nunca acabar, pese a que cuando asumió, el presidente José Mujica dijo que en dos años iban a circular por nuestro país trenes de carga a “60 kilómetros por hora”. Pero han pasado cuatro años y el ferrocarril sigue en la misma parálisis, con proyectos en carpeta y pocas concreciones, porque en su momento se “espantó” a los operadores privados, sobre todo del área forestal y de los granos, interesados en utilizar el tren para sacar su producción; el gobierno en cambio prefirió contemplar al sindicato Unión Ferroviaria, que se ha opuesto tenazmente a todo lo que no sea mantener las cosas tal y como están en la esfera estatal, de modo de que no peligren sus puestos de trabajo.
Setelich a su vez tiene un proyecto que pese a lo que se diga, en general no es visto con buenos ojos en el Ministerio de Economía, aunque Mujica está en un postura componedora y pretende que todo se arregle, sobre todo porque no tiene a nadie para poner en lugar de Setelich, un cargo para el que no hay postulantes en el gobierno y porque además éste está alineado con el MPP, sector del presidente, en tanto en el Ministerio de Economía hay una visión astorista del tema, diferente a la del emepepismo.
Pero ya hace un tiempo había síntomas de la falta de acuerdo en el gobierno sobre la salida para el ferrocarril, y hace pocos meses Setelich había declarado a El País que “alguien olvidó decirle a Mujica que su propuesta para AFE es inviable”, al exponer la situación de la empresa con las causas de los problemas y las razones de la ausencia de resultados en los diversos planes anunciados. Incluso afirmó que el momento es “el peor” porque la tendencia es a la “desaparición”.
Respecto a las soluciones que se requieren estimó el jerarca que “hubo un error al calibrar la complejidad del problema. No se entendió que este es un negocio de largo plazo. Hubo una subestimación del esfuerzo que significa construir una infraestructura para cincuenta años. En el ferrocarril no se entendieron las líneas de base y que la herramienta con la que se contaba, que es AFE, es muy débil. No hay mucho misterio, hay dos tecnologías para hacer la rehabilitación de la infraestructura y ambas demandan 1.400 millones de dólares”.
Acotó que “cuando se tomó la decisión de priorizar el ferrocarril, alguien olvidó decirle a Mujica que su propuesta era inviable, que la solución para esa idea no funciona en el mundo real. Alguien se equivocó y está generando este problema, se perdieron todos estos años buscando una solución mágica para aventajar con una infraestructura sin costo a todos los que han invertido millones en infraestructura férrea. Eso no lo ha hecho nadie y ahora hemos llegado a la conclusión de que no lo ha hecho nadie porque no se puede”.
Es decir, el panorama que pinta Setelich no dista del que percibe el ciudadano medio uruguayo, que ve que se le siguen dando largas al asunto, porque el gobierno pretende convencer al sindicato de ferroviarios, cuando es notorio que los funcionarios no quieren otra cosa que el ferrocarril siga exclusivamente bajo la égida del Estado y se oponen a toda privatización, incluso parcial o concesión, que pueda significar dejar de pertenecer a la plantilla estatal. Y así las cosas, la “solución” final sin dudas está cerca, a menos que se piense en seguir enterrando plata en una vía sin futuro.
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