Paysandú, Lunes 21 de Octubre de 2013
Locales | 15 Oct El Tercer Congreso Regional y Primer Congreso Binacional de Diversidad Sexual y VIH-SIDA, organizado por Manos Púrpura, reunió a activistas de Uruguay y Argentina en la realización de charlas y talleres que se llevaron adelante en el Salón Angelina. El encuentro contó con la presencia de la vicepresidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gay, Transexuales y Bisexuales (LGBT), Claudia Castro, que reconoció la existencia de un aumento en el activismo en América Latina, marcando una incidencia en la legislación de cada país, tal como ocurrió en Argentina. “Antes de 2003 no pasaba nada y sin embargo, con la asunción de Néstor Kirchner se establece un plan nacional contra la discriminación, a partir de la cual comenzamos a trabajar en políticas públicas que cambiaron radicalmente nuestras vidas porque nos dignificó”, y lo ejemplificó con las leyes de matrimonio igualitario y de identidad de género.
UN PROBLEMA PARA LAS TRANS
Gloria Álvez Mariño, presidenta de la Asociación Trans Uruguay (ATRU), fundada en 1994, nuclea a unas quinientas transexuales, cuenta con una filial en Artigas y es el grupo referente en Uruguay de la Red Trans de América Latina y el Caribe.
En la oportunidad, brindó un taller sobre la experiencia del colectivo y las vivencias como paciente con VIH. Álvez subrayó la necesidad de acuerdos interinstitucionales para lograr cursos de capacitación que permitan una mejor inserción social, en tanto, el ejercicio de la prostitución sigue siendo la única salida laboral para la mayoría del colectivo.
Sin embargo, reconoció que –en general-- una trans vive sola y debe mantenerse económicamente, por tanto, los cursos deberán ser específicos, de rápida salida laboral y remunerados mientras concurren a la capacitación.
Por otro lado, recordó que a través del activismo “se logró la Ley 17.515 de protección al trabajo sexual”, que otorga beneficios jubilatorios, “aunque no todas aportan y hay que concientizar en esto un poco más”, además de recibir la Tarjeta del Mides.
A Álvez, que tiene 70 años, le diagnosticaron VIH en 1998 y mantiene controlada la enfermedad a través de una medicación diaria.
SER DONANTES
El decreto 385/000 que sigue en vigencia, inhabilita por 12 meses a donar sangre a “hombres que hayan tenido relaciones sexuales con otros hombres y las parejas sexuales de ellos” y se basa en el reglamento técnico del Mercosur de medicina transfusional. Omar Salsamendi, integrante de la Asociación de Familias LGBT y Homoparentales del Uruguay, dijo que en la última reunión con la ministra de Salud, Susana Muñiz, “le solicitamos la derogación de este decreto por considerarlo estigmatizante y discriminatorio”.
El activista agregó que esta definición es aplicada por la “Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, cuando –según datos oficiales--, indica que el VIH y el SIDA inciden mucho más sobre los heterosexuales que los homosexuales”.
Salsamendi explicó que “el VIH-SIDA no conoce de orientación sexual, en realidad, están implícitas las conductas sexuales y por tanto, es discriminatorio y estigmatizante que este decreto siga vigente con la comunidad LGBT y sin embargo, no sea impedimento para un heterosexual que pudo haber tenido conductas de riesgo”.
En tal sentido, resaltó la necesidad de “hacer un decreto restrictivo donde se requiera de un análisis sanguíneo previo a la donación para todos o, de lo contrario, eliminamos el decreto”. La ministra Susana Muñiz señaló en la oportunidad “un compromiso personal con el tema” que estudiará en profundidad “para modificarlo o derogarlo”, aseguró Salsamendi.
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