Opinion | 23 Oct La inseguridad que vive a diario el ciudadano sanducero, como es además el común denominador en todo el país, ha llevado a cambios sustanciales en su calidad de vida, porque los comercios incorporan --cuando pueden-- medidas de seguridad adicionales, a su costo, e instalan alarmas, rejas y cámaras interiores y exteriores, y a la vez en muchos casos prohíben el ingreso de personas con casco, sombrero y/o capucha, en procura de protegerse de robos.
En el caso de las familias, es notorio que cada vez vemos más rejas circundando el perímetro de las casas, tanto en barrios periféricos como en la zona céntrica, además de alarmas, iluminación, perros y precauciones adicionales para abrir la puerta a extraños; en tanto en los almacenes de barrio, e incluso en comercios céntricos, se han limitado los horarios que antes se habían extendido hasta altas horas de la noche, sobre todo en verano, por temor a ser asaltados cuando ya hay poca gente circulando por las calles.
Es que entre robos, arrebatos y agresiones, el ciudadano es temeroso de salir por la noche y menos aún dejar la casa sola.
Y hasta ahora toda medida de seguridad y vigilancia ha resultado insuficiente para mejorar este escenario, porque hay además un “núcleo duro” de menores que se saben impunes para cometer todo tipo de tropelías, y a los pocos minutos de ser retenidos por la Policía, son puestos “a disposición” de sus padres para seguir delinquiendo, por aplicación de la ley que los protege a ultranza. Y por supuesto también están los delincuentes que aun siendo mayores de edad, poco les preocupa el riesgo --bajo, por cierto-- de ser descubiertos en sus andanzas, por cuanto la pena será leve y en el peor de los casos estarán por poco tiempo en la cárcel, donde se sienten como en su casa.
En este contexto es que debe valorarse como muy necesario y bienvenido el proyecto de instalación del sistema de videovigilancia a instalarse en el centro y otras zonas de la ciudad de Paysandú, a través de un nuevo programa de la Policía.
Este proyecto fue presentado hace pocos días a los comerciantes reunidos en el Centro Comercial e Industrial de Paysandú, y contaría con apoyo privado para su financiación, de forma de instalar 34 cámaras en 24 puntos de la capital sanducera, distribuidos en las arterias principales, intersecciones importantes y la zona del Anfiteatro del Río Uruguay.
Seguramente esta red de vigilancia será un elemento que contribuirá a controlar mejor las zonas de riesgo y contribuir a aclarar delitos, por lo que es de esperar su pronta concreción.