Opinion | 18 Oct En estos días la Intendencia de Paysandú ha anunciado que iniciará el proceso de transformación del alumbrado público a tecnologías más eficientes y de menor impacto en el medio ambiente, dentro del plan de eficiencia energética iniciado años atrás, durante la Administración de Álvaro Lamas y continuada por sus sucesores.
El plan comenzará a nivel de prueba en algunas avenidas y el centro de la ciudad, pero la intención manifiesta es, con el tiempo, pasar todo el sistema de alumbrado público del departamento a lámparas LED o de inducción magnética. Con cualquiera de esos dos tipos de luminarias, el ahorro será sustancial y al mismo tiempo se verificará una mejora en la reducción de emisiones a la atmósfera (carbono).
Se trata de un plan nacional impulsado por las autoridades nacionales y UTE, que a su vez va en concordancia con una política de carácter mundial, en la medida que actualmente el 19% del consumo de energía se destina al alumbrado público. Si, tal como lo propone la ONU, se pasa al uso de luminarias de bajo impacto y alto rendimiento, se duplicará su eficiencia a nivel mundial y se reducirá a la mitad ese consumo y las emisiones de CO2.
Lo importante de la intendencia sanducera es que se coloca entre los primeros departamentos en comenzar a utilizar esta tecnología, además con un novedoso sistema de pago de luminarias (utilizando el porcentaje de ahorro). Esto permitirá que el proceso de prueba y ensayo se anticipe para poder posteriormente poner manos a la obra con mayor énfasis y en etapas más extensas de la ciudad.
No es esta ciertamente la primera acción en eficiencia energética que Paysandú ha dado. Por el contrario, lleva ventaja con respecto a otros departamentos y esa experiencia recogida permite continuar avanzando. Es sin dudas de alto impacto la decisión tomada, que irá más allá de esta Administración, pero incluso hay más para avanzar.
Del mismo modo que la vieja tecnología de mercurio fue un avance en su momento, el uso de LED o de luminarias a inducción magnética también lo será. Pero el siguiente paso será quizás no en la tecnología en luminarias sino en la energía, pasando a renovables como la solar, que también ya se utiliza, por ejemplo en varios Estados de Estados Unidos.
El énfasis en la mejora de la iluminación en nuestras calles es algo que ha distinguido a la ciudad desde la Administración Lamas y antes durante la Larrañaga, en una acción continuada por Pintos, que ha posibilitado una buena cobertura del alumbrado público en prácticamente toda la ciudad.
Es algo bueno. Porque aunque pasan las administraciones el objetivo sigue siendo el mismo. Un buen ejemplo a seguir también en otras áreas.