Paysandú, Domingo 27 de Octubre de 2013

Equilibrio entre deudores y los que aspiran a la vivienda

Opinion | 27 Oct “La montaña parió un ratón” comentaron con razón integrantes del Movimiento de Deudores del Banco Hipotecario al enterarse de los términos de la decisión administrativa del banco, que permitirá desde el 1º de noviembre a los deudores en unidades reajustables (UR) de la institución pasarse a unidades indexadas (UI), y que no incluye los términos que se habían previsto en una propuesta legislativa promovida por el diputado del Partido Independiente Iván Posada.
Es que los deudores tenían firme expectativa de que se les beneficiara con quitas en sus deudas, teniendo en cuenta que el endeudamiento en UR no les ha resultado un buen negocio, por cuanto entienden que actualizando valores a dólares, hace rato que han pagado el valor de la vivienda, pero a la vez deben más en dólares que la deuda original que habían contraído.
Se trata de una problemática difícil, donde cada uno tiene su cuota parte de razón, y en la que nadie se beneficia, al fin de cuentas, porque según comentario de Posada, de los 22.500 deudores, solo unos 150 recibirían beneficios por esta medida administrativa, que naturalmente apunta a que el Banco Hipotecario no pierda en el cambio.
El ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Arq. Francisco Beltrame, se ha mostrado desde un principio opuesto a incorporar beneficios a estos deudores en UR, y señaló que “yo lo grafico de la siguiente forma: si uno compra un número de lotería y no salió, no puede ir al kiosquero y pedirle uno que sacó premio. Acá todos tenemos que jugar con que hay monedas que evolucionan de forma distinta. Hay momentos en que una puede apreciarse más y otros que se aprecia menos”.
Y tiene razón el ministro desde este punto de vista, por cuanto en los últimos años las cuotas de los créditos en UR (que ajustan en forma anual por la evolución del Índice Medio de Salarios) se encarecieron más que los que están tomados en UI, que se ajustan por el Índice de Precios al Consumo, por lo que los deudores se sienten perjudicados.
Según estos índices, al generarse durante varios años una recuperación de los salarios por encima de la inflación, se ha revalorizado la moneda basada en los salarios respecto a la basada en la inflación, y como bien expresa el ministro de Vivienda, “a ciencia cierta no se puede saber como va a evolucionar cada uno de estos parámetros a futuro”, pero criticó como evolucionaron en el pasado para “pedir la forma de pagar menos”.
Es cierto, el punto es que cuando existe un contrato, no corresponde cambiar unilateralmente las reglas de juego sobre la marcha, y por el contrario, lo que debería evaluarse es incorporar esta opción en el mismo contrato, para no dejar las cosas sujetas a una decisión política.
Lo manifiesta con criterio el secretario de Estado al explicar que “no sería responsable dar quitas, que lo que implica es, en definitiva, coartar las posibilidades de todos aquellos que aún no han podido acceder a la vivienda”, por cuanto “estaría hipotecando las posibilidades de dar préstamos a aquellos que aún no han tenido oportunidad”, y a su juicio dar quitas a los deudores sería “claramente un acto de egoísmo y nuestra responsabilidad es tratar de llegar a que todos los uruguayos accedan a su techo, como dicta la Constitución de la República”.
Lo que es cierto, solo que no siempre se ha actuado así en la actual y anteriores administraciones, desde que se han establecido quitas y condonado parcialmente deudas y colgamentos a cooperativas de vivienda cediendo a la presión de Fucvam, entre otros aspectos en los que se ha contemplado especialmente a deudores.
Y los trabajadores, los sectores de menores ingresos, no están solo entre los cooperativistas, sino que hay deudores individuales por todo concepto que también son trabajadores y dependen de sus magros ingresos para subsistir, y sin embargo han hecho grandes sacrificios para poder hacer frente a la amortización de su préstamo.
Ni tanto ni tan poco, por lo tanto, porque las leyes de juego estables deben ser para todos, debiendo cada uno honrar sus compromisos, aunque estableciendo sí posibles mecanismos de refinanciación y flexibilidad para facilitar el pago, de forma de que cada uno sepa de antemano a qué atenerse y a la vez entre todos contribuir a que repagando el préstamo en tiempo y forma, pueda extenderse la solución habitacional a otras decenas de miles de uruguayos que siguen sin poder concretar el sueño y el derecho de la casa propia.


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