Locales | 27 Oct Agradezco la difusión en este prestigioso medio de la presente nota ante la pérdida de un grande de la pluma y el decir, como lo fue Raúl Vidal. Corrían los años setenta y pico, no había televisor a color, canales cable ni masivos. Para informarse solo EL TELEGRAFO, un canal abierto de TV y las radios llenaban estos espacios.
La radio, ese aparato sin rostro que durante tantos años llenó nuestro vivir con su magia, la magia de las voces que día a día hacían el presente. En ese aparato sin rostro que durante tantos años llenó nuestro vivir con sus magia, la magia de las voces que día a día hacían el presente. En ese espacio destacaban en nuestro departamento las voces, las voces de los distintos eventos deportivos que tantas multitudes convocaban. Y donde con esa magia quienes así lo vivíamos, disfrutamos del Campeonato del Litoral, perlados de familias que concurrimos, ante la convocatoria de aquellas voces.
Así nació, y en ese entorno brillaba y destacaba Raúl J. Vidal, quien con su voz potente y diáfana llenaba nuestro oídos con datos, datos reales de una computadora imaginaria para redondear esos comentarios tan afines al evento en cuestión.
Así nació y perduró un eslogan para una marca que fuera pionera en nuestro departamento. Y que aún hoy perdura en nuestros oídos: “informa la computadora Burroughs”.
Por largos años perduró esta magia, la magia de Raúl J. Vidal. Mis más sentido pésame y respeto para la familia de un grande de la comunicación. Roberto G. Cotelo