Paysandú, Jueves 31 de Octubre de 2013
Opinion | 28 Oct Hace pocos días nos ocupábamos de un tema particularmente sensible para el Interior, nada menos que en lo referente a la atención en salud de alta tecnología, la que como es sabido, está concentrada en los IMAE que están instalados solo en Montevideo.
Decíamos que cuando desde el Interior se plantean y promueven desde hace ya muchos años argumentos serios para justificar sobradamente la incorporación de un IMAE cardiológico complementario en Salto y Tacuarembó, se supo que está “cocinada” a nivel gubernamental “la instalación de un nuevo IMAE en el Hospital Militar de estas características en Montevideo ya desde fines del año pasado, contrastando la celeridad en la respuesta respecto a las exigencias, demoras y requisito tras requisito que se exige al Interior”.
La reflexión se basó en el hecho de que días atrás la ministra de Salud Pública hasta dijo que desconocía un planteo de Salto que es formulado desde hace ya muchos años por sus fuerzas vivas y autoridades y que por lo tanto la única posibilidad vigente de un IMAE para el norte del río Negro rige para Tacuarembó, hospital que geográficamente es el peor ubicado para atender a la población del Litoral, que es la más numerosa.
Paralelamente, una investigación periodística de El Observador daba cuenta sobre el oscuro proceso que llevó a aprobar el último IMAE a fin de año para el Hospital Militar, promovido por dirigentes del Partido Comunista, al que el gobierno habría adjudicado este sector de la salud.
Este tema es muy controvertido en el ámbito del propio gobierno y evidentemente a la vez choca contra los enunciados del propio presidente José Mujica cuando proclamó que se contemplaría especialmente a las áreas rurales en el sistema de salud, buscando la descentralización y llevar la salud hasta los rincones más olvidados del país.
Pero del dicho al hecho sigue mediando un largo trecho, porque aparentemente esta descentralización se quedaría solo en la atención primaria, y la alta tecnología sigue ubicada a cientos de kilómetros de los postergados habitantes del Interior, e incluso la ministra dijo que desconocía la posibilidad de que se tramitara un IMAE cardiológico para Salto.
De todas formas, la semana anterior la ministra de Salud Pública Susana Muñiz, según da cuenta El Observador, recibió en su despacho a los directivos de la mutualista Sociedad Médica de Salto y “pese a que poco tiempo atrás había desacreditado el pedido, diciendo en el Parlamento que la institución ni siquiera había hecho la solicitud formal para contar con ese centro financiado por el Fondo Nacional de Recursos (FNR), esta vez la ministra dio una señal de apoyo al postergado proyecto”.
Javier Panizza, secretario de la Sociedad Médica de Salto, explicó al matutino que el gesto tal vez más importante de Muñiz fue animarlos a instalar un angiógrafo que la mutualista guarda en depósito desde hace años.
El aparato --que tiene un costo de 700.000 dólares y fue comprado por la Sociedad Médica de Salto, autorizada por el Ministerio de Salud Pública-- sirve para realizar varios tratamientos y estudios para diagnóstico, pero su función más importante es hacer angioplastias –cateterismo y colocación de stents-- pero su elevado costo solo puede encarare con el apoyo del FNR, como se hace en los IMAE de Montevideo.
Panizza manifestó que “la ministra nos dio certeza de que instalemos el angiógrafo. Ella sabe bien para qué sirve y qué gastos implica. El retorno de los tratamientos (que se pueden hacer sin constituir un IMAE) es poco y serán a costo de la mutualista. El retorno importante es lo financiado por el FNR”.
En la mutualista entienden que la ministra es consciente de las complicaciones que puede generar a la institución tener subutilizado el angiógrafo a su costo “y si aún así les dice que lo pongan en funcionamiento, es porque finalmente dará luz verde al IMAE”, según evalúa el diario capitalino en base a las declaraciones de los médicos que integraron la delegación.
Además, Muñiz pidió a los directivos diversa documentación acumulada desde 1998 hasta hoy, cuando se oficializaron los planteos por el IMAE, incluyendo un convenio firmado con el Hospital de Tacuarembó cuando el ministro de Salud era Jorge Venegas, que se centra en que el IMAE de Salto sería provisto para el eje de la Ruta 3, y el de Tacuarembó para el eje de la Ruta 5.
Es decir, haciendo lugar a lo que la secretaria de Estado había señalado desconocer en comisión del Senado, en medio del archiconocido centralismo montevideano que maneja el gobierno como si el país no existiera más allá del norte del Santa Lucía. Así languidecen expedientes en un mar de burocracia, donde a la vez de pasearse la documentación de un lugar a otro, se “pierde” cuando se registra el cambio de ministros o titulares de ASSE, porque el Interior “puede” esperar, y lo “urgente” siempre corresponde a Montevideo.
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