Paysandú, Viernes 01 de Noviembre de 2013
Opinion | 31 Oct Como era de esperar, la saga en relación con el rechazo argentino al aumento de producción de la planta de UPM no iba a quedar solo en la dilucidación de un nuevo planteo del gobierno del vecino país en la Corte Internacional de La Haya, sino que desde Buenos Aires se iban a generar medidas de represalia ante la “provincia”, por no allanarse a los condicionamientos que ha pretendido imponer una y otra vez el kirchnerismo.
Así, en las últimas horas se supo que el gobierno argentino prohibió que las mercaderías de exportación de su país hagan transbordos en puertos de Uruguay, lo que se suma a las restricciones comerciales que afectan a los exportadores uruguayos con más fuerza a partir del nuevo entredicho por la planta de celulosa.
Al respecto, la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables del vecino país dispuso que “dentro del ámbito geográfico de los países que integran el Mercosur las cargas de exportación originadas en puertos argentinos únicamente podrán ser transbordadas en otros puertos de jurisdicción nacional o en puertos de los Estados Parte del Mercosur y sus Estados asociados que mantengan vigentes acuerdos de transporte marítimo de cargas con la República Argentina”.
Esta decisión afecta directamente a Uruguay, y Brasil será el único país en el que podrán hacer escala las mercaderías argentinas, según informó el matutino argentino Ámbito Financiero. El diario indica que la decisión se hará oficial en estas horas cuando se publique en el boletín del Poder Ejecutivo.
Esta disposición fue firmada el viernes pasado por el subsecretario, Horacio Tettamanti, y señala que “no se ha logrado consolidar un Acuerdo de Transporte Marítimo Multilateral – Mercosur” pese a “los reiterados esfuerzos realizados” por Argentina. En este sentido, la Subsecretaría considera que “corresponde fortalecer la operativa de transporte de carga por agua, en el marco de los Acuerdos Bilaterales vigentes”.
Pese a que Paraguay y Brasil estaban de acuerdo, Uruguay se ha opuesto de forma sistemática al acuerdo multilateral por considerarlo perjudicial para la actividad de tránsito que cumple el puerto de Montevideo, informa Ámbito Financiero, pero el aumento de las trabas argentinas al comercio fue interpretado en nuestro país como una represalia por la autorización del gobierno uruguayo a la planta de celulosa UPM.
Los exportadores uruguayos indicaron a El País que las restricciones al ingreso de mercadería uruguaya en Argentina han aumentado y aseguran que la medida “es netamente diferencial para Uruguay”, mientras la Cancillería de nuestro país ha pedido datos a los industriales para cuantificar el impacto.
A su vez en la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), se ha interpretado esta actitud de Argentina “como una medida más definitiva de no permitir el ingreso de más productos uruguayos”, en tanto en la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU) también entienden que la demora en las aprobaciones de las declaraciones juradas de importación es una “medida netamente diferencial para Uruguay”, según declaró el titular de la gremial, Alvaro Queijó.
El empresario advirtió que “lo que extraña a muchos que tienen fábricas en otros lados, como Brasil, Chile u otros mercados, es que tienen que abastecer a la Argentina desde esos países porque desde Uruguay las declaraciones se ven trancadas”.
El requisito de tramitar la declaración jurada (DJAI) fue instrumentado en febrero del año pasado por el secretario de Comercio Exterior de Argentina, Guillermo Moreno, pero ya en setiembre de 2012 el ministro de Economía y Finanzas de nuestro país, Ec. Fernando Lorenzo, había advertido en una reunión con empresarios de la alimentación que el país vecino no debía ser tenido en cuenta para la venta de productos uruguayos en el exterior, oportunidad en la que expresó textualmente: “señores, olvídense de la Argentina para exportar”.
En la misma línea el vicepresidente, Danilo Astori, se había expresado en marzo de este año, cuando admitió que las relaciones económico comerciales con Argentina estaban “en el peor momento en mucho tiempo” y opinó que las medidas del gobierno kirchnerista perjudicaban notablemente a Uruguay.
Sin embargo mientras tanto, de este lado seguimos apostando a “más y mejor Mercosur” y a continuar entregándonos ante la prepotencia de Buenos Aires, como si estas medidas unilaterales estuvieran disociadas del acuerdo regional, cuando están indisolublemente ligadas. Mientras, el otro socio mayor del bloque, Brasil, sigue mirando para otro lado y por supuesto en este caso tampoco dijo nada del atropello argentino –que por supuesto lo favorece--, como hizo durante todo el conflicto por la planta de celulosa de UPM Botnia, lo que indica poco y nada podemos esperar de los verdaderos dueños del Mercado “Común” del Sur.
Sin dudas que debe insistirse con énfasis en la búsqueda de nuevos mercados sin ataduras ideológicas, y tratar de depender lo menos posible de los erráticos vecinos, sobre todo de Argentina.
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