Policiales | 28 Oct Un alto jerarca de Aduanas, que en estado de ebriedad manejaba una camioneta, chocó en la esquina de Silván Fernández y Ayacucho contra otra camioneta, en cuya cajuela llevaban una perra de raza que a causa del choque cayó y murió arrollada.
El jerarca, de 57 años, guiaba una camioneta Chevrolet matriculada en otro departamento y se dirigía –según testigos-- a alta velocidad por Silván Fernández al norte. Al llegar a Ayacucho se produjo el choque contra otra camioneta, Toyota Hilux, que era conducida por un joven de 20 años.
La camioneta Chevrolet detuvo su marcha a unos 50 metros del impacto, en tanto la Toyota dio un giro en la esquina quedando orientada en posición inversa a la que se desplazaba, con el motor al oeste, rompiendo vidrios y puertas de un local que se encontraba sin ocupantes, en la ochava de dicha intersección.
En la caja de la camioneta Toyota viajaba una perra raza Labrador, de 6 meses, que murió al instante al golpear en la calle y ser aplastada por uno de los vehículos, además de dos bicicletas GT que volaron por el aire, afortunadamente sin lesionar a nadie.
Arribaron al lugar efectivos de la Seccional Segunda de Policía, además de personal de Movilidad Urbana. Una funcionaria municipal se dirigió al jerarca, con el fin de realizarle el examen de alcoholemia, el que fue repetido tres veces porque aparentemente el hombre no soplaba en el dispositivo correctamente.
Debió entonces realizar la espirometría el propio encargado de Movilidad Urbana, Jorge Bartaburu, advirtiéndole que, de fallar nuevamente, el resultado sería tomado como positivo.
Esta vez el resultado dio efectivamente “positivo”, alcanzando 3,29 gramos de alcohol por litro de sangre, siendo el máximo permitido 0,3 gramos por litro.
Personal de Movilidad Urbana procedió a aplicar las multas correspondientes, además de retirarle la licencia de conducir. En tanto, el examen de alcoholemia practicado al otro conductor dio resultado negativo.