Paysandú, Lunes 04 de Noviembre de 2013
Locales | 30 Oct La Justicia Civil condenó en segunda instancia al Ministerio de Salud Pública a pagar 143.238 dólares de indemnización por “mala praxis” a la familia de la niña Antonella Sueldo Escobar, quien murió en 2004 --a los 6 años de edad-- de púrpura fulminante, aunque se la trató por otras tres posibles enfermedades. La niña no fue vista por el médico pediatra que, estando de guardia, solo le recetó telefónicamente dos centímetros cúbicos de Buscapina para el dolor y no tuvo un seguimiento por parte de otras dos médicas ni la atención necesaria de dos enfermeras, según dice el fallo judicial al que accedió EL TELEGRAFO. El 6 de noviembre de 2004, sobre las 14.30 Antonella falleció en el CTI de Salto a causa de Estreptococo B- Hemolítico del Grupo A (Púrpura).
Como resultado de las investigaciones administrativas del MSP, se inhabilitó al pediatra por 90 días para ejercer toda actividad médica (no era funcionario del MSP, sino de la Comisión de Apoyo que rescindió el contrato) y se dispuso un sumario administrativo a cuatro funcionarios del hospital sanducero (dos médicas y dos enfermeras).
El Juzgado Civil estableció que la indemnización de poco más de 143.000 dólares fuera distribuida entre los padres, hermanas, abuela paterna y abuelos maternos, que sufrieron por la muerte de la niña. Este sería el tercer caso de “mala praxis” reconocido por la Justicia Civil con respecto a la actuación médica en Paysandú, siendo los anteriores de 2009 y 2011.
EL FALLO JUDICIAL
Terminantemente, el fallo en primera instancia del Juez Letrado de 5º Turno David Niechoñski establece que “las pruebas aportadas al proceso acreditan que el servicio funcionó mal”, y agrega que el propio Estado reconoció la “conducta deficitaria” de los profesionales, en cuanto la Comisión de Salud Pública sancionó a los médicos y enfermeras, el Ministerio de Salud Pública impulsó un sumario administrativo y ordenó el pase de las actuaciones a la Justicia penal y otros informes técnicos que “demuestra que medió clara responsabilidad estatal”.
En el fallo se cita también la expresión de los padres en cuanto en la historia clínica. Se señaló “niña muy dolorida y con zona de enrojecimiento en espalda y miembros inferiores. Se llama a Dra. Pequeño, quien indica llamar a pediatra de guardia, se llama a Dr. Finozzi, quien indica Buscapina 2cc para calmar y vendrá a verla. No surge de la historia clínica otras intervenciones médicas”.
NO CONTROLARON
Al respecto, en el fallo se cita el informe de la Comisión Honoraria de Salud Pública señalando que “se perdieron horas preciosas en la atención de la menor” y cita al Tribunal de Apelaciones en cuanto la culpa médica consiste “en no actuar conforme a las reglas de la práctica médica al tiempo de la prestación asistencial... En este sentido el Dr. Alejandro Finozzi realizó la indicación referida ut supra (recetó Buscapina) dejando de controlar el resultado de la misma, no concurriendo al lugar de internación de la paciente, obligación por demás debida por cuanto no existía determinado aún el diagnóstico de la menor...”
Además, más adelante la jefa de sumarios del MSP, Dra, Adela Montiel establece que “se concluye que no se realizó ningún seguimiento adecuado de la paciente Antonella Sueldo, existiendo falta de coordinación entre los médicos pediatra, cirujano y pediatra retén, y que se perdieron horas preciosas en la atención de la menor, y que no hubo seguimiento adecuado del equipo de médicos y enfermeras, corresponde en consecuencia realizar la denuncia penal del hecho”.
NEGLIGENCIA Y OMISIÓN
Agrega que “el análisis del caso debe centrarse en la negligencia, omisión, mala praxis, violación de la lex artis médica y en la práctica y usos médicos que regulan la actividad de los profesionales”.
Luego establece que “se asistió a una cadena de omisiones ya sea por error de diagnóstico o por omisión en proporcionar a la paciente una atención diligente y oportuna” y que la muerte de la niña se debió “a los actos omisivos encadenados en que incurrieron los agentes encargados de la atención de Antonella Sueldo”.
Comisión de diputados
La mamá de Antonella, María Teresa Escobar, dijo en la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes según la versión taquigráfica de la reunión realizada el día 25 de octubre de 2005 que “el día 5, cerca del mediodía, la ve una pediatra que anota su diagnóstico y su visión en la historia clínica entre signos de pregunta. Ella queda en Cirugía; nadie la cambia a Pediatría. Parece ser que se había descartado la posibilidad de una apendicitis, pero no se sabía qué era. No le dieron ninguna medicación y la dejaron allí, no la pasaron a Pediatría”.
“Alrededor de la hora 15, como seguía dolorida y con mucha fiebre, una enfermera llama a la doctora Pequeño, que era la cirujana, contándole el estado de la niña, por lo que la doctora le pide que llame al pediatra de guardia. Esto consta en la historia clínica. Entonces, se llama al pediatra de guardia, doctor Finozzi, al que le cuentan que la niña está muy dolorida, con fiebre, y él le indica Buscapina. Además, ahí dice que él pasaría a verla. Desde la hora 12 en adelante no la vio ningún médico porque este médico se olvidó de pasar a verla; supongo que se olvidó. Subjetivamente, pienso que no fue por falta de recursos porque es un médico que estaba contratado como pediatra, sin serlo, por la Comisión de Apoyo; no era funcionario de Salud Pública, ganando por día, por guardia, de retén, como le dicen, $ 2.350. Además, vivía a una cuadra del hospital. Lo cierto es que él no se presentó”.
EL AGRAVAMIENTO
Sigue relatando que “la situación se agravó después de la hora 15. La abuela nos decía que empezó con manchas, muchísimo más dolor y los ganglios se le inflamaron. Todo el cuadro lo vio la abuela. Cuando la abuela les reclamó un médico, las enfermeras dijeron que Antonella tenía manías. Antonella tenía seis años”.
“Después de que pasaron horas, la abuela reclamó médicos otra vez; no fueron, ni siquiera llamaron al de puerta, al de Urgencia. Recién a la mañana, a la hora 6, llamaron a un médico. O sea que pasaron alrededor de dieciocho horas. Llega la doctora Venturino a la hora 6 y no puede creer el cuadro con el que se encuentra. Ustedes que son médicos, creo que se podrán imaginar la situación: tenía lesiones necróticas, a los pocos minutos de entrar la doctora, empezó con dolores de nuca. La doctora me decía: ‘Le ponía una sonda y salía sangre’. Cuando vio la situación, era irreversible. La derivó a un CTI en Salto y, según ella, en el camino se iba a morir. Ella llegó a Salto, estuvo internada unas horas y falleció a la hora 14”.
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