Paysandú, Martes 05 de Noviembre de 2013
Rurales | 05 Nov La primavera se demoró algunas semanas en llegar a los campos de la región, pero ya instalada y con temperaturas adecuadas para la época, las precipitaciones que se están registrado semanalmente generan alivio en los productores, fundamentalmente de cara a una parición que promete ser récord. Las precipitaciones comenzaron a regularizarse a partir de mediados de setiembre, distribuyéndose en forma homogénea en todo el departamento.
El tradicional informe de situación del Instituto Plan Agropecuario el ingeniero agrónomo Rómulo Cesar, agregó que Paysandú “se vio afectado por el temporal que estuvo asociado a las lluvias registradas en setiembre”.
De acuerdo a datos brindados a EL TELEGRAFO, por la Jefatura de Policía de Paysandú, el mayor registro entre viernes y sábado fue en Tambores, con 98 milímetros, seguido por la colonia José Batlle y Ordóñez con 57 –registro brindado por un productor--, Piedra Sola 50, Chapicuy 44, Quebracho 43, Guichón 39, Piedras Coloradas 38, ciudad 31 y Porvenir 17.
Observando los registros pluviométricos del conjunto de la regional Litoral Oeste del Plan Agropecuario, se observa que el trimestre junio-julio-agosto fue altamente deficitario en lluvias. Si bien la producción forrajera del campo natural en el período invernal responde relativamente poco a factores climáticos como el agua en el suelo, en las praderas sembradas, verdeos y mejoramientos es un factor que afecta su productividad.
De todas maneras, octubre mejoró sensiblemente. Datos de la Estación de Meteorología de Paysandú indican que las lluvias oscilaron desde el 4 y 5 de octubre entre 23 y 36 milímetros todas las semanas, cambiando radicalmente la situación.
AGUADAS
En toda la región, tanto las aguadas naturales como artificiales tienen niveles adecuados, aún cuando el caudal había descendido antes de las precipitaciones de setiembre, indica el informe.
Respecto a las pasturas naturales, hubo demoras en el rebrote y posterior crecimiento de las pasturas naturales.
Si bien las tasas de crecimiento de kilos de materia seca por hectárea por día en agosto fueron similares al promedio histórico, se presume que en setiembre se situaron por debajo de dicho promedio para la región de la Cuesta Basáltica.
La falta de lluvias durante agosto e inicios de setiembre y los días con temperaturas por debajo de lo habitual para la época (incluso con la ocurrencia de algunas heladas), podrían estar explicando esta situación.
A partir de octubre, esto se ha revertido y actualmente se observa una marcada recuperación de los tapices, pero aun no ofrecen una disponibilidad de forraje adecuada para los vacunos. La situación de las pasturas sembradas es similar a la descripta anteriormente para el campo natural, puesto que la producción de forraje se vio afectada en el período fin de invierno e inicio de primavera.
Luego de las lluvias, se observa un crecimiento “explosivo” de casi todas las pasturas sembradas, con crecimientos exuberantes, que en casos puntuales han ocasionado problemas de meteorismo, asociado fundamentalmente a la presencia de Trébol Blanco.
En general fue un año desfavorable para el desarrollo de estas pasturas, obteniéndose menores rendimientos en materia seca por hectárea. Respecto a los verdeos de verano, la primera quincena de octubre se caracterizó por temperaturas más frías que lo normal; esto puede haber determinado retraso en la siembra, ya que en el caso de los cultivos de sorgo requieren más de 18 grados en el suelo para germinar.
PARICIÓN
Como sucede en todo el país, los rodeos en la región se encuentran en plena época de parición. En Paysandú, “el común denominador es la gran variabilidad en el estado de los diferentes animales, según los diferentes establecimientos”, destacó Rómulo Cesar.
Estableció que “si bien en términos generales los animales tuvieron buen estado durante el invierno, el atraso en la llegada de la primavera determinó que las vacas comenzaran a parir con estados menores a los deseados”.
Los niveles de preñez fueron muy buenos en la región, por lo que habrá muchas vacas con ternero al pie durante el próximo entore, situación que podría complicar la próxima preñez, convirtiéndola en un desafío.
En general, las categorías de recría durante el invierno registraron pérdidas moderadas en el caso de animales no suplementados sobre campo natural.
En Salto, hay situaciones que con suministro de suplementos como afrechillos de arroz y núcleos proteicos se han registrado ganancias de entre 100 y 300 gramos diarios. Luego de las lluvias ocurridas en setiembre se notó un aumento en la calidad del forraje, lo que favoreció a esta categoría y se registró en algunos casos un efecto compensatorio con buenas ganancias diarias.
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