Paysandú, Sábado 09 de Noviembre de 2013

Opiniones

Solicitada

Locales | 03 Nov ACERCA DEL TEATRO FLORENCIO SÁNCHEZ
El martes pasado recibimos a través de EL TELEGRAFO, la grata noticia de que finalmente la Comisión de Amigos del Teatro Florencio Sánchez, creada con acierto por el Intendente de Paysandú, se constituía en Fundación al ser aprobados los estatutos por el Ministerio de Educación y Cultura.
En la misma nota donde se comentan las obras que se vienen realizando, mi colega Walter Belvisi, que conjuntamente con José Rivero Horta, ejercen la Presidencia de la novel Fundación, y que han realizado una encomiable tarea, concluye diciendo “Que no hablen más de cultura. La gran mayoría de los problemas del Florencio Sánchez se deben al abandono, por falta de mantenimiento y de la desidia en el cuidado de los bienes públicos”. La expresión estaría referida a los presuntos responsables de no cuidar este bien patrimonial.
Desidia, abandono, falta de mantenimiento y otros, es parte de un proceso de pérdidas que viene sufriendo nuestro rico patrimonio, y que no solo se manifiesta en este caso del Teatro. Cómo no recordar la destrucción que sufrimos en la etapa final de la dictadura de la fuente de la Plaza Constitución, el desmantelamiento de la
Avda. Brasil, tapando el adoquinado con asfalto, retirando las luminarias de hierro fundido y el reloj que remataba el trayecto al final en Pte. Viera, el estado de abandono del Monumento a Perpetuidad, de su interior, del pórtico de entrada y de la Capilla, las pérdidas de colecciones de diarios en la Biblioteca Municipal por filtraciones de agua de sus techos, el retiro de valiosos cuadros de pintores locales y nacionales que fueron encajonados para ubicar oficinas municipales en un espacio anexo a la Casa de la Cultura, que a su vez su interior y su fachada (donde se picaron los símbolos masónicos, expresamente prohibido en la escritura de compra por el Municipio) llegaron a estar en estado deplorable; el rincón donde fusilaron a Leandro Gómez que merece una reestructura, el Monumento a Batlle y Ordóñez abandonado desde hace 50 años debajo de un terraplén; y cuántas cosas más que se podrían relatar. Como también todo lo que desapareció, las sustracciones de bienes culturales, monumentos, objetos, etcétera que hemos sufrido. El descuido patrimonial ha sido una característica del Paysandú de los últimos años y del cual son responsables autoridades y otros varios actores, y en definitiva la propia comunidad ya que debemos reconocer que no nos distinguimos por haber cultivado una cultura de la preservación.
Por tanto lo que nos deberíamos preguntar es qué nos ha pasado como sociedad que en este aspecto se ha empobrecido tan aceleradamente, lo cual exige hoy grandes esfuerzos de cooperación y dedicación en la recuperación (cuando esto es posible), medidas que muchas veces suelen pasar inadvertidas. Pues también habría que reseñar todo lo que se ha hecho en ese sentido a lo largo de los últimos años, que es mucho aunque siempre resulte insuficiente.
Más bien deberíamos mirar hacia adelante y hacer un llamado a todos: “Haz algo que esto se pierde”. Comenzando desde las instituciones de enseñanza, y referido al amplio abanico que comprende el concepto de patrimonio hoy día. Además de lo que puedan ser consecuencias de falta de mantenimiento --que por cierto nunca llegó a los extremos de “la fachada se derrumba” (como dijo un director municipal que ya no ocupa el cargo), contradiciendo la opinión del Ing. Ricardo Magnone que sostuvo “Hay cosas que corregir pero nada grave” (ver EL TELEGRAFO 8 de julio 2012)--, tiene el problema de que fue concebido para otra época. Nada menos que para mediados del siglo XIX. Hoy las artes escénicas exigen otros equipamientos, como bien lo sostuvo el Director del Teatro Solís cuando nos visitó: “Con este escenario no viene nadie”, refiriéndose por ejemplo entre otras a la necesidad de una nueva caja escénica, que incorpore todas las tecnologías contemporáneas. Tampoco tiene las comodidades como para tener salas auxiliares de ensayo, depósito de utilería, etcétera.
Por tanto es necesario contar con un Plan Director que conciba un Teatro de aquí a 30 años sacando partido de la magnífica obra que heredamos de los Maestro de Obra Hnos. Poncini, única en esta región del Litoral.
Lo reclamamos desde un principio y reiteramos junto a otros integrantes en varias reuniones de la Comisión de Amigos. Es lo que permitirá trabajar a la novel Fundación, mostrando con gráficos, Power-point, o mediante otros medios, a lo que aspiramos cuando de captar recursos se trata.
No solo del edificio en sí, sino también de espacios circundantes y de posibles expropiaciones de padrones vecinos para constituir un verdadero proyecto cultural, integrando en el complejo también al exCine Astor.
Que sin desvirtuar la estructura y lenguaje neoclásico de la obra, incorpore en futuras intervenciones complementarias (espacio peatonal, equipamientos urbanos, salas contiguas, etcétera) el derecho que cada generación tiene a expresarse en un lenguaje contemporáneo, moderno, acorde a su época, como lo vemos en varias ciudades del mundo.
No tenemos un Plan Director, y esto no va en desmedro de lo que se ha hecho, más allá de marchas y contramarchas, donde faltó un fuerte liderazgo técnico, pero que en definitiva significan obras de preservación de esas que no deben pasar desapercibidas. Arq. Rubens Stagno


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