Deportes | 04 Nov La consagración en el último torneo oficial de rugby de XV de Primera División en nuestro país, muestra al Trébol Rugby con la satisfacción del deber cumplido. De haber alcanzado un cierre de temporada no solo para festejar el título, sino también pensando en la temporada venidera. El segundo campeón en Primera en el año, el que llenó de orgullo a un grupo de jugadores que no dejó nunca de pensar en lo que podían alcanzar, y un cuerpo técnico que confió en ellos siempre.
Atrás quedaron los tragos amargos de un torneo regular en el Campeonato Uruguayo que no fue el mejor, de la eliminación a manos de Los Cuervos en los cuartos de final de los Play Off que impidieron seguir en la lucha por ubicarse entre los cuatro mejores, el principal objetivo. Este cierre del año con una fuerte apuesta a los juveniles y la respuesta de éstos en los cuatro partidos en los que el equipo sanducero ganó sin dejar dudas –lo más complicado fue precisamente la final en la que pese a apoyar cinco tries hubo que remontar un comienzo adverso y un final exigido en el marcador--, es una clara señal de que la propuesta fue positiva.
Sin duda que es bueno, deja felices a todos el título de campeón, y ahora esto es lo que importa porque se extiende más allá de lo que fue este Torneo. En el que todos los equipos encararon con muchos jugadores no titulares en el año.
Ese festejo a cielo abierto en cancha del adversario, Carrasco Polo, es el comienzo de lo que se espera para 2014, temporada en la que varios de estos juveniles que tuvieron sus primeros minutos en Primera, ya comenzaron a ganarse un lugar en el plantel principal.
Ahora a pensar en que ese ciclo que viene puede ser siempre mejor, con esta consagración nace una nueva savia en el rugby del club sanducero que no termina en festejar, con mucho orgullo y merecimiento por cierto, el sentirse dueños de una Copa, a la que muchos aspiraban. Trébol por ayer, por hoy y por mañana.