Opinion | 06 Nov El caso del comodato firmado entre la Intendencia de Paysandú y Obras Sanitarias del Estado (OSE) es un claro ejemplo de como muchas veces la letra de un convenio puede más que la necesidad real.
OSE decidió dar por terminado el comodato que permitía que la Intendencia de Paysandú --y específicamente la Junta Local de Piedras Coloradas-- utilizara un camión barométrica. Este resultaba de gran utilidad para la zona, incluyendo Orgoroso, Pandule y Puntas de Arroyo Negro, porque permitía llegar rápidamente para desagotar los pozos negros. En diez días se satisfacía la demanda, por lo que quedaban casi veinte días ociosos.
Ante esto, con buen tino y tomando en cuenta las necesidades de otras familias del departamento, el equipo era utilizado en otras localidades del interior del departamento e incluso en la ciudad de Paysandú cuando la demanda era muy grande o ante inundaciones.
En los últimos días, OSE envió un oficio a la intendencia, en el cual indicaba que se había incumplido el contrato en la medida que el equipo era usado en otros lugares además de los específicamente aceptados. Ante esto, solicitó la devolución inmediata del camión barométrica.
Y es cierto, la Intendencia incumplió el contrato al dar servicios a familias que residen fuera de los límites marcados por el convenio y de esas cuatro localidades ya mencionadas.
Ahora bien, ¿eso quiere decir que se actuó mal? De ninguna manera. Es en realidad OSE, desde su macro visión centralista, montevideana y parcial, que se equivoca al no comprender la realidad del interior del Interior, de la necesidad de las familias que por saneamiento usan pozos negros, de la importancia de desagotarlos para mantener la higiene y una buena calidad de vida.
Está bien, se usó más de lo que el comodato habilitaba. Está bien, más familias que las estimadas se beneficiaron con el uso de la barométrica propiedad de OSE. Es cierto, la Intendencia se conformó con usar este equipo en lugar de adquirir otro para usarlo en la capital departamental, donde no da abasto con los que tiene. Ahora, ¿no es eso lo que debía hacerse? ¿No es apropiado que se piense primero en la población y después en lo que se firmó? La intendencia se hacía cargo de todos los gastos y del mantenimiento de la barométrica. Por tanto, si bien es cierto que el equipo no le pertenece, no había mucho margen para el descontento.
Lo hecho por OSE sorprende y mucho. Es hasta insólito que por dar mayor servicio, por usar más una barométrica, se quiera terminar con el comodato y quitarle a Paysandú la posibilidad de un buen servicio de saneamiento.
OSE debería estar feliz que su equipo se use de manera apropiada y beneficie a más familias que las inicialmente previstas. Porque los beneficios a la población en saneamiento, son parte de su razón de ser.