Opinion | 08 Nov En una semana se procederá a la apertura de la licitación pública para la construcción de una nueva terminal de ómnibus, probablemente frente al estadio 8 de Junio. Hay grandes posibilidades que la idea de esta Administración municipal se concrete en la medida que hay una empresa --que de acuerdo a lo que pudo saberse es la misma que tiene la mayor experiencia en centros comerciales en el país--, que ya retiró el pliego de condiciones y se estaría trabajando en el proyecto.
La idea, como suele suceder en una sociedad sanducera que resiste prácticamente todo lo nuevo, ha sido resistida desde que fue anunciada. No obstante, de la misma manera que la reestructura del centro de la ciudad y la recuperación del teatro Florencio Sánchez, son acciones concretas --más allá que llevadas a cabo con imperfecciones en el primer caso y sin la debida planificación global en el segundo-- que apuntan a la modernización de la ciudad y de sus servicios.
En el caso de una nueva terminal de ómnibus de corta, media y larga distancia, acompañado probablemente con un nuevo centro comercial, toda la inversión será exclusivamente privada y la intendencia recibirá una partida de dinero anual, un canon por la explotación comercial que de ella haga la empresa que obtenga el proyecto.
No se trata de defender puntualmente una nueva terminal de ómnibus, aunque hay buenas razones para hacerlo, especialmente por la situación en que se encuentra la actual terminal, que si fuera a renovarse debería hacerse con fondos públicos --y serían solo “parches” a los graves problemas que tiene--, ya sea directamente municipales o por el FDI.
De lo que se trata es de apoyar la idea de renovar, mejorar y modernizar a la ciudad, con una terminal que sustituya la actual, pensada en función de la realidad del Paysandú de la década del ‘70. Probablemente, debe concederse, la propia intendencia no ha pensado de manera global la transformación de la ciudad como lo hiciera hace ya muchos años la Administración Acquistapace. Pero aun si se trata de impulsos parciales, igualmente merecen apoyo porque si algo le falta a la ciudad es –precisamente-- una transformación, una modernización. La Administración municipal debe realizar la planificación, como lo hizo con el centro de la ciudad, más allá que la semipeatonal tiene defectos y por encima que aún hay resistencia de hacer una peatonal frente al teatro Florencio Sánchez, lo que sin dudas le daría un notable impulso como zona cultural.
Y aunque hay obras que debe encararlas directamente, lo importante es contar con el apoyo de inversiones privadas, porque si estas llegan es porque hay credibilidad en el desarrollo de la ciudad.
Una nueva terminal de ómnibus, de concretarse por esta vía, sin dudas será un buen banco de pruebas. A partir de su concreción, habrá que pensar en otros proyectos.