Paysandú, Viernes 15 de Noviembre de 2013
Opinion | 11 Nov Por enésima vez el presidente José Mujica manifestó su opinión contra las clases sociales altas, que acumulan riquezas dejando de lado los valores fundamentales de la sociedad y a los “pequeños burgueses”, que “en términos genéricos, son burócratas del Estado o de la docencia y a veces, recalan en el periodismo”.
Probablemente se refiera a esos mismos que entendieron que las privatizaciones, desregulaciones o aperturas económicas no generan tanta riqueza como los recursos naturales.
Esos mismos que lograron ingresar en las agendas públicas o estatales sin ser notados siquiera y hoy disfrutan de una impunidad que en otras épocas más “neoliberales” no tenían.
“Los que están arriba de la riqueza”, como dice Mujica, son los dueños de los bienes comunes o naturales y de ninguna forma se hubiesen apropiado de ellos, sin un permiso para hacerlo. Entonces nuevamente nos paramos ante la pregunta ¿es el huevo o la gallina?
Y si por alguna razón nos encontramos discutiendo acerca de los actuales “commodities” o mercancías, debemos tener en cuenta que estas hoy se llaman agua y tierra. No obstante, en este camino siguen varios países con gobiernos progresistas, aunque sus arengas vayan contra el capitalismo.
Gracias a la exportación de esta nueva “mercancía” con la anuencia de los gobiernos, los bancos han registrado las mayores ganancias de la historia y no se vislumbra un cambio, sino una profundización. ¿Por qué? Porque el modelo extractivista es la representación más neoliberal de la utilización de cualquier recurso, en este caso los naturales. Y si hay alguna duda, los referentes ambientalistas de todas las épocas lo pueden explicar con mejores palabras.
Pero mientras tanto, aparecen las políticas asistencialistas que no erradican las causas estructurales de la marginalidad y la pobreza. De hecho, América Latina es el continente con mayor iniquidad social.
Lo peligroso sigue siendo el discurso, por confrontativo y parcializado. Habla de los pequeños burgueses, pero no los identifica ni reconoce que son –en ocasiones-- hábiles aportantes a campañas electorales e incluso tienen el “ojo clínico” para sacarlos del parlamento y ubicarlos en la presidencia.
Son esos mismos que “en el fondo sirven para adornar y currar a la economía capitalista, la cual a veces critican, aunque siempre se las van a ingeniar para ir de independientes”, según Mujica. Pero también son los mismos que se benefician bajo cuestionadas resoluciones del Poder Ejecutivo, que se dan de bruces con los fallos del Poder Judicial.
O como diría el presidente: “la culpa no la tiene el chancho, sino quien le rasca el lomo”.
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