Deportes | 14 Nov JORDANIA 0 URUGUAY 5
Escenario: Estadio Internacional de Ammán. Público: 24.000 personas. Arbitros: Svein Oddvar Moen, Kim Haglund y Frank Andas (Noruega).
Jordania: Mohammad Shatnawi, Sharif Nassar, Tareq Khattab, Saeed Al Murjan, Odai Al Saify (53’ Musab Allahham), Adnan Hasan, Ahmad Ibrahim, Oday Zahran (53’ Thaer Bawab), Khalil Bani Ateyah (65’ Rakan Bani Khaled), Hatem Aquel y Ala Al Bashir. DT: Houssan Hassan.
Uruguay: Martín Silva, Maximiliano Pereira, Diego Lugano, Diego Godín, Martín Cáceres, Egidio Arévalo Ríos, Nicolás Lodeiro (69’ Alvaro Pereira), Christian Stuani (69’ Gastón Ramírez), Cristian Rodríguez, Luis Suárez (80’ Diego Forlán) y Edinson Cavani. DT: Oscar Tabárez.
Goles: 21’ Maximiliano Pereira, 42’ Christian Stuani, 68’ Nicolás Lodeiro, 77’ Cristian Rodríguez, 90’ Edinson Cavani.
Amonestados: Odai Al Saify, Saeed Al Murjan, Musab Allahham.

Se hizo realidad. O, mejor dicho, se plasmó la realidad en la cancha. Más allá del respeto por el rival, se caída de maduro de que Uruguay no tendría problemas para superar el último escollo previo al Mundial, el repechaje ante Jordania.
Más allá de que la propia Celeste acostumbró a los uruguayos con la leyenda de Maracaná a pensar (pese a tener todas las cartas sobre la mesa) que en el fútbol puede haber lugar para los milagros, Uruguay selló en un partido, el primero de la serie ante los jordanos, y de visitante, su pasaje al Mundial de Brasil 2014.
Sí: después de una eliminatoria sufrida, con vaivenes, y para el infarto, Uruguay tuvo la posibilidad de sellar la clasificación en los primeros 90 minutos del enfrentamiento ante los asiáticos, que nada pudieron hacer ante las individualidades celestes.
Tan liquidada está la serie que ni siquiera este Uruguay, que fue su propio enemigo a lo largo de las eliminatorias, puede llegar a complicar la clasificación a Brasil 2014 tras un 5 a 0 contundente, que permitirá que la revancha del miércoles próximo sea un disfrute para el público que colmará el Estadio Centenario.
La realidad terminó por atrapar a los jordanos, que en el partido más importante de su historia hicieron lo que pudieron, pero fue demasiado poco para intentar revertir la historia de este ida y vuelta.
Es que Uruguay fue contundente. La receta del técnico Oscar Tabárez, esa de largar toda la carne al asador, de tener un solo recuperador de pelota y dotar al equipo de buen pie para manejar el partido en terreno rival, para no perdonar arriba, dio resultado a medias.
Porque si bien es justo decir que la serie está sellada, que el 5 a 0 es quizá la diferencia entre un equipo y otro, también lo es plasmar que la Celeste no jugó bien. Recién se soltó realmente en el tramo final del partido, cuando todo estaba liquidado y Cavani se esforzaba por encontrar su gol, dándose el gusto en la hora y de tiro libre para sellar el resultado.
Uruguay no apabulló futbolísticamente a los jordanos que, como contrapartida y con sus sabidas limitaciones, fueron un equipo que quiso, mostró a cuentagotas algo de buen fútbol y generó algunas llegadas interesantes, pero siempre les faltó un plus o se encontraron con dos o tres intervenciones seguras de Martín Silva en el arco celeste.
Colectivamente Uruguay no fue una tromba, pero hizo pesar las individualidades más allá de que Suárez se quedó con las ganas de anotar.
A tal punto que Jordania comenzó mejor, queriendo sorprender, se hizo de la pelota después de un par de insunuaciones de Uruguay, pero Maxi Pereira comenzó a auyentar las dudas tras definir desde el piso para marcar el primer gol.
A esa altura, el partido estaba liquidado más allá del trámite y de lo que vendría. Porque Jordania se mostró por momentos hasta ingenuo, aunque sobre el final del partido, cuando Uruguay apretó el acelerador, recién desnudó las serias carencias en el fondo.
Al terminar el primer tiempo la Celeste ya estaba 2 a 0, gracias al gol de Stuani. Y después, ya en el complemento, cuando el local había salido decidido a mostrar otra cara e incluso estuvo a punto de marcar el descuento, Uruguay fue sumando en el arco rival cuando quiso.
Nicolás Lodeiro, uno de los mejores exponentes celestes, marcó el tercero. Después llegó la gran definición de Cristian Rodríguez, parando la pelota con el pecho tras el centro de “Palito” Pereira y fusilando al arquero, y en la hora el festejo de Cavani de tiro libre.
La superioridad entre uno y otro, la diferencia de planteles fue evidente, y se plasmó en el tanteador.
Ahora será tiempo para posarse en datos como que Uruguay hizo historia en el repechaje al marcar la mayor goleada, de que la revancha será un partido para disfrutar y para regalarle a la gente otro resultado abultado y, si es posible, con buen juego.
Pero más allá de todo lo importante es que la realidad dice que Uruguay volverá a estar en el Mundial, y que entrará en el sorteo como cabeza de serie.