Paysandú, Lunes 18 de Noviembre de 2013
Rurales | 13 Nov El camino que une Merinos con Guichón “es un pozo al lado del otro y no hay forma de circular y comerte todos los pozos”, dijo a EL TELEGRAFO el presidente de la Liga del Trabajo de Merinos, Giancarlo Menegazzi, quien subrayó que hoy por hoy para los productores de esta localidad “ir a Guichón es un parto de nalga”.
Las lluvias semanales que se vienen registrando durante los últimos 40 días determinó que “el camino se destrozara, pero el gran tema es que no venía siendo arreglado desde hace mucho tiempo. El camino está poceado, cortado y con pianitos desde hace mucho tiempo, y se agravó con las constantes lluvias”, acotó el productor de la zona de Capilla del Carmen.
“Más allá que uno no es entendido ni técnico en la materia, está claro que el mantenimiento no funciona porque cuando cada tanto se ve funcionar las máquinas, el arreglo dura diez a quince días y se terminó y los pozos vuelven a aparecer como estaban antes”, dijo. Menegazzi entiende que el tránsito no es el mismo que hace diez años atrás y es lógico, “pero tiene que haber alguna manera de solucionar ese problema, porque si la explicación para que los caminos no estén en buen estado es que el tráfico es mayor, entonces no vamos a tener mejores caminos más nunca, porque evidentemente se va a ir incrementando”. Aclaró que todo es parejo y sucede algo similar desde Piñera a Guichón, “en donde no hay camino de abajo ni de arriba”. Explicó que “cualquier tipo de repuesto, mano de obra, mecánico o cubiertas sale mucha plata y le cuesta a la gente circular por esos caminos”.
Para el productor “lo que más indigna y molesta es que uno sigue pagando la contribución rural y la única manera que tiene la comuna, porque se supone que cuando se paga un impuesto es para que se te devuelva el servicio, es reparar los caminos, porque acá no tenemos paseos públicos, no hay aceras, no hay mantenimiento, no hay barrido de calles. Por lo que ese dinero se utilizan en otras cosas y no se vuelcan en donde debe hacerse”.
ÓMNIBUS
Silveira Bus es una de las empresas que recorre todas las semanas ese camino, transportando a escolares y gente de la zona. De acuerdo a lo indicado a EL TELEGRAFO por Víctor Silveira, “estamos todos los días rompiendo, llegando tarde con los niños a la escuela”. Una clara demostración de las peripecias que debe pasar con el ómnibus es que los 35 kilómetros que separan a Merinos de Guichón lo recorre en “dos horas”. Agregó que el camino “está en muy mal estado y cada tanto le dan una raspadita y enseguida se rompe”. Entiende que la velocidad máxima que puede lograrse en ese camino “es de 60 kilómetros por hora, pero en mi caso no ando a más de 40 o 50, y en este momento se andará a 20 kilómetros por hora porque está intransitable”. Con este panorama también “peligra la ocurrencia de accidentes por la gran cantidad de pozos. Cortás un eje y andá a saber lo que puede pasar”. Silveira recordó que hace poco “volcó una muchacha porque debido a los pozos se le fue el auto afuera y no pudo dominarlo”. Con una experiencia de casi cinco años en el tránsito de ese camino, recordó que “el arreglo que hacen es sacar lo de afuera y desparramarlo arriba, pero cada vez está más angosto, y eso lleva a que cuando nos cruzamos con otro camión, uno debe tirarse para afuera y esperar que pase el otro”.
Aclaró que de acuerdo a las averiguaciones efectuadas ante el Ministerio de Transporte, esa carretera debe tener 7 metros de ancho y ahora tiene de 4,5 a 5 metros, incluso en algunas partes menos”. Sobre el particular comentó que en días de lluvia ha pasado “que algún camión vuelque la zorra por tirarse para afuera por dejar pasar a otro”. Comentó que en días de lluvia en alguna parte puede andar en tercera, pero habitualmente es en segunda y primera, “con el gasto de combustible que eso genera y lo que se rompe el vehículo”.
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