Opinion | 16 Nov No cayó bien en la senadora del Movimiento de Participación Popular (MPP) Lucía Topolansky, la publicación de las cifras de repetición en los liceos de nuestro país, que indican que uno de cada tres estudiantes de Secundaria repite el año.
Por supuesto, este es un dato que no sorprende porque era una realidad evidente, desde que es notorio que los mayores problemas del sistema están centrados en esta rama, donde existe una alta deserción y un persistente descenso de nivel en la escolaridad.
Sin embargo, la sñora del presidente indicó que el semanario “Qué pasa” del diario El País, que presentó un recurso judicial y obtuvo los datos de repetición, “está utilizando una generosa ley que hizo el Frente Amplio de acceso a la información para hacer politiquería barata”.
En sus declaraciones difundidas por canal 10, se le preguntó sobre si ella cree que hay un manejo político detrás de esto. Topolansky exclamó: “¡Totalmente! No me cabe la menor duda por de quién viene y cómo lo están haciendo y el hostigamiento que le están haciendo. Porque pedir el detalle de los liceos y publicarlo es estigmatizar a los liceos y los chiquilines de secundaria se quejan de que los discriminan; bueno, tienen que ir a quejarse en Qué Pasa”.
Explicó que para ella el problema “más grave” de este periplo es el manejo de la información. “Si tú vas a una escuela y te dicen ‘esa es la peor escuela que hay en el Uruguay’, ¿qué sentís tú? Que estás perjudicado y los chiquilines son suficientemente inteligentes como para darse cuenta de esas cosas”, señaló.
Respecto a los resultados consideró que “los datos son datos que hay que contextualizarlos, así que eso, podemos discutir de educación, pero no en una entrevista así de cinco minutos no podré explicar nada”.
Pero aunque no pueda explicar mucho, evidentemente dijo mucho de lo que piensa respecto al tema, porque en primer lugar no es una ley “generosa”, sino que se hizo precisamente para evitar que el Estado abuse de su poder negando información relevante a la ciudadanía, a la que se debe, y porque el derecho a la información también es un derecho humano fundamental, mal que le pese a la senadora.
Por otro lado, es evidente que Secundaria ocultó esta información porque darla a conocer resultaba inconveniente al poder. Y no se trata de estigmatizar, como manifiesta Topolansky, porque la realidad es la realidad, y cuando se trata de ocultarla es cuando realmente se pretende engañar al ciudadano, mintiéndole con información digitada y a medias, para aparentar una realidad que a la vista quedó, no existía.
Pero quizás lo peor es que este ataque a la libertad de expresión y al acceso a la información pública, es que proviene de la señora del presidente de la República, sobre quien influye directamente --en más de una oportunidad “interpretó” los dichos del presidente, cuando éste dijo cosas fuera de lugar, y solo ella entendió el “verdadero significado del mensaje”--.