Paysandú, Jueves 21 de Noviembre de 2013
Policiales | 17 Nov Un niño de 11 años, que recibiera un golpe propinado con el cierre de una campera de un compañero de clase en la escuela a la que concurre, sufrió lesiones cuya gravedad le impiden ver con el ojo afectado, así como practicarle exámenes que permitan establecer con exactitud el perjuicio ocasionado.
El diagnóstico médico del Hospital Pereira Rossell de Montevideo, donde el menor --acompañado por su padre-- es asistido, es traumatismo grave de ojo izquierdo con hipema (sangre en la cámara anterior del ojo), iridodiálisis (rotura o desgarro del iris), y catarata (opacificación total o parcial del cristalino).
"UN PROBLEMITA"
Su madre, Rafaela María Carrera, narró a EL TELEGRAFO que “en horario de trabajo, me llamó por teléfono la maestra y me pasó con el médico para comunicarme que estaban trasladando a mi hijo al hospital porque había tenido un problemita en la vista”.
Su esposo concurrió al Hospital Escuela del Litoral, desde donde, ante la ausencia de oftalmólogo, fue trasladado a Comepa.
Allí “la doctora Clarisa Manisse diagnostica varias lesiones pero requiere una tomografía y, al no existir tomógrafo, lo trasladan, a las 16, a Montevideo.
Llegamos 20.30 y nos atendió una colega de la doctora Manisse, le midió la presión de la vista, pero, como éramos del Interior, no nos dejaron quedar; nos dieron hora para las 6 de la mañana siguiente en el Hospital de Clínicas”. Ese día sí ingresaron al niño al nosocomio, pero el estudio indicado por la oftalmóloga sanducera no se pudo realizar ya que --según explicó la madre del menor-- “es tanta la inflamación y los coágulos de sangre que no permiten hacer ningún tipo de estudio; el fondo de ojos no se puede hacer, la tomografía tampoco porque implica el uso de sondas”.
“Tiene todo el iris despamarrado y también cataratas, por lo que, aún mejorando, debe ser sometido a una cirugía”.
CON UNA CAMPERA
En base a las declaraciones del propio menor y de otros condiscípulos, los familiares del niño supieron que la lesión fue causada con el cierre de una campera que --según su progenitora-- “un compañero de clase revoleaba, a la vista de las docentes y golpeó a mi hijo en la vista”.
“Se trata de un niño que todo el año fue problemático, de amenazar a los demás niños, quitarles la merienda y la plata”, puntualizó la madre del escolar lesionado.
Su abuela, Betty Ramírez, quien vive a una cuadra de la escuela y lamentó que “para pedirme algo se acuerdan mío y para ese trance ni me llamaron”, concurrió al centro educativo para interiorizarse de lo sucedido. “La maestra se lavó las manos, en tanto la directora se comunicó con mi hijo para saber como estaba el niño” añadió, aunque esta comunicación se vería interrumpida ante la exigencia del nosocomio de denunciar lo sucedido, ya que ninguna de las instituciones actuantes lo hizo. Cuando regresó de Montevideo, la madre del menor formuló la denuncia en la Seccional Primera de Policía, que el viernes por la mañana se hizo presente en el centro escolar. Además de las comunicaciones telefónicas, la directora de la escuela manifestó a los familiares que “iban a colocar una cajita para reunir dinero para mi hijo y que rezáramos mucho para que estuviera todo bien”.
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