Rurales | 17 Nov Las precipitaciones registradas este viernes, sumadas a las intensas lluvias del fin de semana anterior, han retrasado en forma importante el desarrollo de la cosecha de cultivos de invierno en la región, aunque también son consideradas beneficiosas para sectores como la ganadería y la lechería.
Tomando como referencias datos aportados a EL TELEGRAFO por productores de distintos puntos del departamento, los registros en los primeros 15 días de noviembre superan claramente los 100 milímetros --algunos incluso se aproximan a los 200--, cuando lo normal para todo el mes serían 118 milímetros, según datos de la Dirección Nacional de Meteorología.
Datos aportados por la Estación de Meteorología de Paysandú establecen que el primer día de noviembre fueron 27,8, el viernes 8 fueron 12,6, el sábado 9 llovió 21,1 milímetros, el 10 fueron 8, el 11 cayeron 16, el 14 llovieron 10 y el 15 fueron 12,6, totalizando 108 milímetros en solo 15 días.
Aunque el grueso de las chacras comenzarían a cosecharse a partir de los primeros días de diciembre, algunos productores ya avizoran problemas futuros --de continuar este fenómeno de lluvias semanales--, similares a los ocurridos el año anterior, cuando las lluvias impidieron levantar lo sembrado. Por el momento, la trilla no ha tenido problemas en cuanto a calidad del grano, pero sí el retraso en la actividad de las máquinas, que ingresan a cosechar a los tres días del último episodio de lluvias, y apenas tienen uno o dos días de trabajo, ante la continuidad de la inestabilidad.
Además, se debe tener en cuenta que se está en plena etapa de siembra de los cultivos de verano, y aunque los técnicos consultados aseguran que “no se rompió el suelo, la siembra está parada”.
En donde llovió en forma importante, los problemas son principalmente la incidencia de la humedad en el grano, lo cual en exceso puede ser riesgoso, y que algunos campos estén anegados y haya que esperar a que sequen lo suficiente para permitir el ingreso de maquinaria para realizar la trilla o la plantación, según corresponda.

MUY BUENO
En cambio, para los campos de zona importante de Paysandú y departamentos del norte, en donde el basalto necesita --y en especial en estos tiempos-- buena cantidad de agua, los productores están sumamente satisfechos por la lluvia caída.
Entienden que habrá pronto una oferta de comida muy buena para las haciendas. De todos modos, se generaron daños en campos linderos con los cursos de agua, por ejemplo en los suelos, en los alambrados y en la caminería interna.
Este es el gran cuello de botella para la campaña. Caminos que están prácticamente destrozados impiden el normal tránsito de vehículos y, en varios casos, retrasan el ingreso de camiones a levantar la producción, con los contratiempos conocidos que ello genera.

COLZA
La cosecha de colza alcanza hasta el momento el 30% de las 15.000 hectáreas que se plantaron en la presente campaña, con rendimientos aproximados de unos 1.500 kilos por hectárea.
Durante la pasada zafra los rendimientos fueron malos, ya que se esperaba superar los 1.500 kilos por hectárea y solo se logró obtener alrededor de 1.000 kilos.
Pese a que se espera un buen futuro para este cultivo, que es usado principalmente como combustible alternativo, el área todavía no logra despegar y se mantiene en cifras similares a las de la pasada campaña.