Paysandú, Lunes 25 de Noviembre de 2013
Opinion | 20 Nov El retorno de la todavía convaleciente presidenta argentina Cristina Kirchner al ruedo político, tras el trance de salud que la obligó a estar al margen de sus funciones por más de un mes, fue acompañado de relevos en su rueda de colaboradores más allegados, y es así que sin dudas la novedad más trascendente refiere al recambio del ministro de Economía, cuya titularidad ha recaído en Axel Kicillof, hasta hace poco secretario de Política Económica de esa cartera.
Es decir que la mandataria, en medio de las cavilaciones en que seguramente pudo sumirse por estar al margen obligadamente de la tarea presidencial, consideró del caso “corregir” aspectos de la política económica de su país, que es sin dudas un rara avis en la economía mundial, teniendo en cuenta que profesa el proteccionismo a ultranza, subsidios internos en la economía, limitaciones en las importaciones y sustitución de productos extranjeros por los nacionales, control de cambios y muchas otras medidas que en todos los países en que se han aplicado sumió al pueblo y al propio Estado en pobreza, marginación, mayor desigualdad social y corrupción, algo que se palpa en donde se “innova” en esta dirección, caso de Venezuela, la propia Argentina, o se puede aún apreciar en el último reducto comunista en Corea del Norte y el régimen que desde hace más de medio siglo “funciona” en Cuba.
Pero la oportunidad de reflexiones profundas de la mandataria han arrojado un resultado contrario al que podía esperarse, por cuanto ha optado porque Argentina siga siendo una excepción en el mundo y peor aún, ha decidido profundizar las medidas que la han arrastrado a esta situación, por cuanto el nuevo ministro de Economía, de extracción marxista, no pudo con su ortodoxia original y lejos de liberar la economía y abrirse al mundo, opta nada menos que por más controles y encierro.
Es cierto, cuando se ingresa en este círculo vicioso de subsidios, proteccionismo, precios disfrazados, inflación alta --pero con información oficial mentirosa-- es como ingresar en el consumo de droga, con la que se empieza de a poco pero luego no solo no se sabe sino que no se quiere salir. Pero lo menos que puede hacer un ministro y un gobierno del signo que sea es intentar sincerar la economía, atacando las causas en lugar de profundizar las medidas que asfixian la economía del país. Por lo pronto, desde que la genialidad kirchnerista cerró la Argentina para evitar la fuga de divisas, el Tesoro de esa nación se redujo a la mitad, llegando a un peligroso mínimo de 32 mil millones de dólares para un país de 41 millones de habitantes, mientras que las medidas de combate de la inflación, contrario a lo que se esperaba la dispararon aún más, comparando con el mismo período del año anterior al de la implementación de control de precios minoristas. Y todo esto en plena “bonanza” para los commodities, de los que la Argentina es uno de los principales productores en el mundo.
No puede extrañar que las autoridades económicas del Uruguay consideran con preocupación la situación política y económica de Argentina y analizaron con inquietud el recambio de gabinete dispuesto por la presidenta Cristina Fernández, en el entendido que esto abra la posibilidad de medidas que perjudiquen más a la economía uruguaya.
Fuentes del gobierno dijeron a El Espectador que la situación argentina se monitorea permanentemente, con inquietud por posibles medidas que perjudiquen la temporada de turismo 2014, más de lo que ya se ha dificultado con restricciones cambiarias.
El presidente José Mujica, pese a que ha insistido en su entorno político que hay que mantener prudencia en los contactos que se realicen con funcionarios argentinos y también en las declaraciones que se expresen a través de medios, para evitar mayor tensión en la relación, en las conversaciones mano a mano ha reconocido que esta vez no será fácil encontrar solución a las trabas argentinas. Así, el vicepresidente Danilo Astori analizó la situación a la luz de estas novedades ministeriales tras el retorno de la presidenta del vecino país y advirtió a empresarios que hay que asumir una realidad adversa con Argentina que no se podrá superar fácilmente.
Al exponer en un foro organizado por la revista “Somos Uruguay”, el vicepresidente aludió al retorno de Cristina Fernández a la actividad pública y a sus decisiones de recambio de gabinete: “ahora se anuncian tipos de cambio múltiples a partir del cambio que dispuso ayer la presidenta. A mi juicio esto no va a terminar con las dificultades, sino que las va a aumentar”.
El exministro de Economía y Finanzas dijo, para ilustrar lo que puede pasar con medidas como con las que promueve el nuevo ministro de Economía argentino, Axel Kicilloff: “es como si el burócrata, en este caso (el ministro), se sentara frente a un panel de instrumentos y le da este tipo de cambio a la actividad A, y este tipo de cambio a la actividad B; realmente un riesgo de distorsión de la economía, tremendo”.
El vicepresidente subrayó que “esto alimenta el espíritu proteccionista de la economía argentina y al mismo tiempo genera mayores riesgos de dificultades para Uruguay”, que naturalmente se agregan a problemas como el trazado de los canales (sobre los ríos), la obras (portuarias que precisan aval argentino), la prohibición de mercaderías de origen argentino a realizar trasbordos en puertos uruguayos, y aseguró que son “dificultades con las que va a haber que lidiar”.
Lo que pase, lamentablemente, va a arrastrar además al Uruguay, de una forma o de otra, solo que esperemos que esta vez estemos mejor perfilados que en la crisis de 2001, de tan triste recuerdo.
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