Opinion | 23 Nov En los últimos días se ha difundido que una funcionaria de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), había denunciado a un jerarca de ese organismo binacional, de la delegación argentina, por acoso sexual y laboral, a la vez de conocerse que esta persona --un militar retirado-- también tendría sumarios por acoso laboral contra otra personas.
El Pit Cnt decidió apoyar a la mujer que ha denunciado este acoso, y denunció que la delegación uruguaya en CARU había hecho circular un comunicado interno que indicaba que los funcionarios no debían presentarse a la convocatoria de la Justicia.
Desde el Pit Cnt se acusó al presidente de la delegación uruguaya, Cap. (r) Gastón Silbermann, de ser el autor de esta medida, que consideró como un intento de obstaculizar la acción de la Justicia, en defensa de su colega militar argentino.
En las últimas horas tuvo lugar una reunión de autoridades de la delegación uruguaya en CARU con dirigentes del Pit Cnt para poner en claro la situación, y poco después el dirigente de la central sindical, Ricardo Cajigas, expresó a UNoticias que días atrás se cometió un error al decir que el presidente de la delegación uruguaya en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), Gastón Silberman, había “amenazado” a un funcionario en pos de que no concurriera a declarar ante la justicia frente a una denuncia judicial de acoso que existe respecto al actuar de un jerarca argentino.
Cajigas indicó que la amenaza no fue tal y explicó que “cometimos un error en el afán de defender a las víctimas”, lo que es de recibo en cuanto a rectificar públicamente un error, pero pone de relieve una vez más la liviandad e ideologización con que en la central sindical se tratan estos temas, lo que genera no solo injusticias y pasos en falso, sino también pérdida de credibilidad y daños a terceros.
Porque en esta como en otras ocasiones, se mencionó la condición de “militar” retirado de Silberman como la posible causa de acción solidaria con el militar argentino cuestionado, cuando en realidad nada de ello ocurrió y en cambio el comunicado de CARU señalaba a sus funcionarios que no concurrieran porque el procedimiento estaba mal hecho, ya que la citación debía hacerse a través de la Cancillería, por tratarse de un organismo binacional.
Pero parece que todo vale cuando hay un “afán” de por medio, que hace perder la ponderación y la perspectiva de las cosas, para ponerlas en sus justos términos, y no se miden consecuencias cuando se afecta a terceros solo porque “parece” que los hechos son de determinada manera, porque “tiene” que ser así cuando se pretende dividir al mundo entre los buenos y los malos.