Opinion | 27 Nov Hoy en el puente Paysandú-Colón comienza a aplicarse el esperado sistema de Reconocimiento Recíproco de Competencias, que permite que un solo país pueda actuar en el control migratorio de quienes crucen el tendido internacional. Esto significa que tanto Uruguay tiene la base de datos argentinos (incluyendo los ciudadanos requeridos) como Argentina, del mismo modo, la uruguaya, también con los requeridos.
Y ambos países se quedan con un solo control, dejando el otro al país vecino. Los dos controlarán el ingreso a su territorio nacional (es decir en el ingreso a Argentina, hay funcionarios argentinos y viceversa).
No se trata de una solución que pueda considerarse ideal, pero sin dudas es un buen avance, que llega demasiado tiempo después de que se aplica en buena parte del mundo, pero que --pese a ello-- bienvenido debe ser. Si bien es cierto que permitirá reducir el tiempo frente a la casilla de cada vehículo o persona, también lo es que la estructura es la misma y que los carriles siguen diseñados para un solo auto a la vez.
Pero, eso por lo menos por un buen tiempo no cambiará en el Área de Control Integrado (ACI), cuyas obras de reforma serán licitadas el año que viene y luego vendrá la etapa de obras.
Hay un avance. Los dos países, después de clamar por años y años ser hermanos y tan unidos que apenas si nos separa la pastera UPM (y bueno, las locuras de Cristina por qué no decirlo), finalmente dejaron de lado los recelos y comparten la base de datos migratoria para reducir trámites en los puentes internacionales. Después de Paysandú seguirá Salto y después Fray Bentos.
Bienvenido entonces. Pero no es para hacer tampoco un espectáculo de fuegos de artificio. Falta mucho. Incluso el sistema ya fue puesto a prueba a mediados de este año, también con anuncio presidencial incluido, y falló a las pocas horas de instrumentado. Pero es de esperar que esta vez sí esté todo “afinado”. Porque de lo que se trata es de seguir reduciendo los trámites como ocurre --por ejemplo-- en países europeos donde se pasa de un país a otro sin hacer trámites. En el caso de los europeos porque son ciudadanos del mismo grupo de países y en el caso de los extranjeros porque hicieron migración al ingresar al área común.
Pues bien, si hermanos somos, argentinos y uruguayos bien podemos usar ese mismo sistema para trasladarnos entre países. No hacerlo perjudica a la inmensa mayoría de la población. Porque mientras la gente común solo encuentra barreras burocráticas, los requeridos o los delincuentes seguirán encontrando la forma de pasar de un lado a otro, por arriba o por abajo de los puentes. O por el costado.
El reconocimiento mutuo de funciones es un avance. Desde hoy, algo debe cambiar en los trámites migratorios en los puentes internacionales, comenzando por el de Paysandú y Colón. Menos mal.