Opinion | 01 Dic En un encuentro con gremiales de comercio exterior del bloque, la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU) suscribió un documento en el que se exhortó a los países miembros del Mercosur a darle mayor fluidez a las relaciones comerciales en la región.
El documento, redactado el viernes previo al almuerzo por el Día del Exportador, indica que es indispensable que los gobiernos utilicen el sistema de solución de controversias del Mercosur para “crear certidumbre y confiabilidad respecto al análisis y solución de conflictos provocados por medidas o acciones de cualquier naturaleza de los países integrantes del bloque”.
Asimismo, se indica que es necesario que los gobiernos trabajen en forma conjunta para lograr mejoras sustanciales en la competitividad frente a un entorno exterior complejo. El documento fue además firmado por la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB), la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) y el Centro de Importadores del Paraguay (CIP).
El presidente de la UEU, Álvaro Queijo, reforzó el concepto de mayores acciones dentro del bloque y solicitó que los gobiernos del Mercosur “solucionen sus problemas internos. A los exportadores nos interesa generar inversiones y trabajo de calidad para la gente”, agregó.
El empresario señaló que los gobiernos deben tratar que el Mercosur se constituya en el bloque que se pensó cuando fue creado y avanzar en la relación con la Unión Europea. También consideró que se debe fortalecer los organismos existentes en el Mercosur cuando “algunos países se cierran y generan trabas”.
“Queremos que el Mercosur no sea solamente un lugar estanco; debe ser la base para nuestro relacionamiento con otros bloques” afirmó Queijo. Por otro lado, el presidente de la gremial de exportadores argentinos CERA, Enrique Mantilla, dijo a El País que el sistema de controversias del Mercosur es poco utilizado. “Sin embargo, los países dicen que tienen controversias. Entonces, hay que utilizarlo”, acotó.
“Cuando surge un problema hay un mecanismo legal para encontrar una solución. Cuando se encuentra, obliga a cierto tipo de actuaciones y eso crea certidumbre. Entonces, deben tratar de utilizar los mecanismos existentes en vez de dejar las cosas en una nebulosa”, señaló Mantilla.
Sobre la relación comercial actual entre Argentina y Uruguay estimó que hay muchas cosas para hacer que mejoren su funcionamiento. A la vez relativizó las medidas proteccionistas que aplica el gobierno de Cristina Fernández. “No he visto reclamos en el sistema (de solución de controversias), por lo cual no sé si es proteccionista o no lo que se aplica. Nadie lo sabe porque no hay ningún organismo del Mercosur que lo diga. Por lo tanto, son simples opiniones”, afirmó Mantilla.
Por su lado, el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, señaló que es partidario de que Uruguay siga adentro del bloque regional. “Ahora, no este Mercosur”, dijo. Señaló que el bloque debería transcurrir por un camino de mayor flexibilidad de los países miembros.
Estos apuntes confirman la aprensión del sector empresarial --no porque sí-- respecto al déficit en institucionalidad y el rumbo del bloque regional, y por cierto, si no se utilizan los organismos para solución de controversias, es simplemente porque no se les tiene confianza, desde que el problema radica en que un día sí y otro también se atropella cualquier norma dentro del Mercosur, porque éste se ha transformado en un club de amigos (los presidentes), donde lo político prevalece sobre lo jurídico, como señalara el presidente José Mujica, cuando se violaron las normas de punta a punta para suspender a Paraguay y así darle entrada a Venezuela al bloque.
Y si bien hay que reconocer que es poco práctica la tentación de un retiro de Uruguay del Mercosur, es de recibo lo expresado por el vicepresidente Danilo Astori en el sentido de formular planteamientos serios para rectificar rumbos, y para ello será necesario que “los países grandes admitan que no han cumplido con algunas reglas fundamentales del Mercosur, particularmente con la eliminación de las restricciones al comercio”.
Claro, no se trata solo de admitir que no se ha cumplido con algunas reglas y luego encogerse de hombros para recaer en las mismas prácticas, como ha ocurrido hasta ahora, sino realmente cumplir con las normas, respetar la institucionalidad y los estatutos del bloque, con menos “amiguismos” inconducentes, menos ideología delirante y respeto por las reglas de juego convenidas, que es lo que ha faltado desde todo punto de vista.