Opinion | 03 Dic Hacer una llamada de tres minutos en Uruguay desde un teléfono fijo es más caro que en 21 países de la región, según el informe 2013 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) “Midiendo la sociedad de la información”. No obstante, es posible que esa no sea la causa por la cual cada vez lo usamos menos, sino que seguramente se deba a un proceso de sustitución de tecnología a favor de la telefonía móvil.
A pesar de esto, la tenencia de teléfono fijo en los hogares no ha experimentado grandes variaciones en los últimos años. Los porcentajes de hogares con teléfono fijo han ido en descenso entre 2006 y 2012 en Montevideo (donde existía en el 83,4% de los hogares en 2006 y ahora hay 74,8%) y en el Interior, donde pasó de 60,9% en 2006 a 59,2% en 2012, según el Reporte Social 2013, publicado por el Mides y Presidencia de la República.
A nivel general, puede decirse que en promedio, los porcentajes pasaron de un 70,5% en 2006 a un 64,8% en 2012 en Uruguay. También a nivel país, pude decirse que se observa un leve repunte en el promedio nacional a partir del 2010.
En lo que respecta al acceso a los teléfonos celulares existe una clara tendencia creciente tanto para hombres como para mujeres, y desde el 2011 se alcanzan valores superiores al 70 % considerando las personas de 10 años o más.
A lo largo del período analizado, se visualiza un leve aumento de la brecha de acceso entre hombres y mujeres, siendo éstas últimas quienes más lo utilizan (72,7% frente 70,4% en 2012).
Asimismo, se observa un mayor nivel de penetración del celular --con la salvedad de que se refiere a personas y no a hogares-- en los más pobres que lo que sucede respecto a la tenencia de teléfono fijo, que se relaciona con hogares de mayor ingreso.
En rigor, desde el 2008 existen más servicios de telefonía celular que habitantes, mientras que en las líneas fijas, cada 100 personas se mantienen estables en torno a 30 durante el período considerado.
Uno podría preguntarse si cada vez tenemos más celulares, hablamos y enviamos más mensajes de texto por ellos ¿por qué mantenemos el teléfono fijo? La respuesta se relaciona con la necesidad de poseer un teléfono fijo para poder acceder a banda ancha fija para ingresar a Internet desde los hogares, incluso a través de los propios celulares mediante el uso de wi-fi. En definitiva, la subsistencia --y su leve repunte en los últimos años aunque, paradójicamente, cada vez se use menos responde a la estrategia empresarial de Antel que hacen que este aparato esté convirtiéndose en un “convidado de piedra” miles y miles de hogares, por el que se debe pagar el costo fijo aunque no se use.