Opinion | 07 Dic A pocos días de que se apruebe en el Senado la ley de legalización de la marihuana, el gobierno presentó el jueves la campaña publicitaria denominada “Todo consumo de drogas tiene riesgo”, que advierte sobre los efectos negativos del consumo de este tipo de sustancias.
Esta campaña es auspiciada por Antel, UTE y la Intendencia de Montevideo y fue presentada en una conferencia de prensa en la que estuvieron presentes el prosecretario de la Presidencia Diego Cánepa, el secretario general de la Junta Nacional de Drogas Julio Calzada y el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla.
Según Cánepa, esta “no es una campaña más de la que normalmente lleva adelante la Junta Nacional de Drogas, porque se hace en el contexto de una decisión de gobierno de avanzar en el mercado regulado de la marihuana. En la misma semana que aprobamos esta ley, lo que queremos reafirmar es que todo consumo de drogas tiene riesgo”.
Lo que es muy cierto, y es por lo tanto es muy compartible la iniciativa de que se pongan en marcha campañas educativas respecto a los graves problemas que crea la drogodependencia, aún en lo que respecto a las mal llamadas drogas “blandas”, como la marihuana.
Ocurre que el mensaje que reciben a través de la legalización de la marihuana, no solo los adictos o los consumidores ocasionales, sino toda la población, es que al fin de cuentas no es tan malo consumir, porque hasta el Estado la pone a disposición.
Por supuesto, el facilitar el acceso a la droga no es un buen mensaje que se puede dar a quienes ya son proclives a consumir o ya decididamente son adictos, y lo menos que debería haberse hecho desde ya tiempo es una sistemática campaña de concientización, y de carácter disuasivo respecto al consumo de drogas en general.
Por lo demás, al fin de cuentas, dado que el prohibicionismo no ha dado resultado, y teniendo en cuenta que en la óptica del gobierno la marihuana es una droga “blanda”, podría entenderse que también debió haberse adoptado el mismo criterio para poner drogas fuertes, como la pasta base o la cocaína, en venta por el propio Estado, desde que de esta forma, siguiendo esta línea de razonamiento, se estaría asestando un golpe mortal al narcotráfico pesado.
Pero no ha hecho, porque este “experimento” del gobierno de José Mujica nadie sabe cómo va a salir. Por el bien de los uruguayos, ojalá que les salga bien. Por lo pronto, el 60 por ciento de la población preferiría no arriesgarse a probarlo.