Opinion | 12 Dic A pesar que la tecnología, fundamentalmente el correo electrónico, las redes sociales y los mensajes de texto por celular, han desplazado a las cartas como vehículo de comunicación e información, los carteros uruguayos siguen teniendo trabajo.
Parecería paradójico --aunque no lo es-- pero la cantidad de correspondencia enviada en el primer semestre de 2013 alcanzó un récord de 45 millones (47 millones si se suman los paquetes). La razón de este crecimiento del mercado postal nada tiene que ver con las cartas, sino con el consumo: hoy el principal trabajo de quienes reparten correspondencia se refiere a la distribución de facturas, estados de cuenta, promociones y comunicaciones de diverso tipo.
La cantidad de cartas enviadas en los primeros seis meses de 2013 alcanzó el techo de 45 millones, según datos del mercado de servicios postales publicados por la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicación (Ursec). El total de correspondencia enviada registra un crecimiento de 9% en relación al primer semestre de 2012, cuando se habían enviado 37 millones, y de 150% en relación a igual período de 2006, cuando la cifra correspondiente fue 18 millones.
Por otra parte, la cantidad de encomiendas enviadas en los primeros seis meses de 2013 alcanzó los 2,94 millones y fue inferior a lo ocurrido en igual período de 2012 cuando se enviaron 3,32 millones.
“Si bien en el algunos rubros hay recortes, como por ejemplo los bancos que han dejado de emitir una parte de los estados de cuenta, en realidad viene creciendo todo lo que son promociones, financieras, y ese tipo de productos”, dijo la gerente de la División Postal de Tiempost, Dianara Soares Netto en un informe publicado por El País.
“Al crecer la plaza financiera creen los estados de cuenta que se generan. Igual con los celulares. Hay un montón de productos que al ir creciendo acompañan el crecimiento de los envíos”, dijo. A esto se suma la preferencia de muchas personas en cuanto a recibir sus cuentas en papel y no por medios electrónicos.
No obstante, el sector podría enfrentar también importantes desafíos tales como las campañas que llevan adelante muchas empresas para desestimular el uso del papel por razones ambientales, el otorgamiento de premios por pago directo en las redes de cobranza o la distribución de factura vía correo electrónico, por citar algunos. En definitiva, la orientación del consumo y la capacidad de adaptación de los sistemas postales resultan claves en la supervivencia del antiguo envío postal.