Escribe el Dr. Rodolfo Canabal

Locales | 10 Dic En momentos en que ha trascendido que, desde la candidatura de quien pretende volver a ocupar la presidencia que ejerció durante el precedente período, se analizan eventuales reformas constitucionales, entre ellas la que dejaría sin efecto la actual separación de la elección nacional de las departamentales, se entiende necesario volver a analizar en esta columna asunto tan importante. Sin perjuicio de expresar, desde ya, que se reitera la opinión adversa en general a reformar la Constitución, salvo que haya grandes acuerdos nacionales al respecto, se ha de encarar hoy lo relativo al régimen vigente precitado que separa tales elecciones, nacional y departamentales.
Cuando, hace ya muchos años, se sugirió la eventual separación de las elecciones departamentales de la elección nacional, y su realización en fechas diferentes, tal sugestión tuvo muy amplio apoyo, por motivos diversos.
Entre los motivos o fundamentos que sirven de apoyo a tal separación se hará breve indicación a continuación: la gran importancia o trascendencia que tienen los gobiernos departamentales, también los asuntos o cuestiones que ellos deben encarar y resolver; la conveniencia de que tales asuntos alcancen un alto grado de atención pública, a lo cual se agrega la también pública selección de quienes aparezcan con mejores condiciones, o aptitudes, para ejercer las delicadas responsabilidades de quienes están llamados a ejercer su administración y su gobierno. Ello se logró sin duda alguna desde que empezó el funcionamiento del actual régimen, con total separación de tales elecciones, pues permitió que tanto los asuntos locales, la trascendencia que tienen, la definición de cuáles son las personas que evidencian las mejores aptitudes para ejercer las funciones que requiere el desempeño de los gobiernos departamentales, dejaran de ser en cierto modo desdibujados por la gestión simultánea de los gobiernos nacionales, obviamente sin que ellos tuvieran intenciones en tal sentido. En esencia, y como anteriormente quien es responsable de esta columna lo ha expresado con profunda convicción, el régimen vigente logró que la elección nacional no incidiera en las departamentales, que ellas se desenvolvieran con total independencia, de manera que las cuestiones locales pudieran lograr la preeminencia que en tales circunstancias les es indispensable. Por tanto, sería sin lugar a ninguna duda inconveniente eliminar tal régimen hoy vigente.
Se limita a lo expuesto este comentario, porque es lo fundamental que corresponde en esta oportunidad desarrollar sobre tema tan importante, y porque se ha considerado que debía ser expuesto con brevedad. Otras cuestiones que se han señalado entre las que se sugiere analizar eventuales reformas constitucionales, sin perjuicio de reiterar hoy el punto de vista adverso a encarar tales reformas, se analizarán en próxima oportunidad.