Paysandú, Domingo 15 de Diciembre de 2013
Rurales | 15 Dic Durante la actividad del Consorcio Regional de Innovación de Lana Ultrafina (Crilu), desarrollada el viernes en el INIA Tacuarembó, se hizo referencia a los diez años del Proyecto Merino Fino, que sumados a los cuatro años del consorcio, demuestra el buen trabajo de afinamiento que se viene realizando en el país, incluso a mayor velocidad de lo que se había planteado. Claros conceptos brindó el empresario Pedro Otegui de Lanas Trinidad, al indicar que se precisa volumen de lana. “Para esto es necesario que los productores que están asociados produzcan más lana de estas características y de esa calidad, lo que pasa por la aplicación de conocimiento y sobre todo, por una mejora en la alimentación”, sostuvo a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Marcelo Grattarola.
El técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) recordó que en una parte de la extensa jornada que organizaron la Sociedad de Criadores de Merino Australiano del Uruguay (Scmau) y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), se habló de “cambiar la cultura”. Entiende que “en la parte de producción hay un cambio de cultura que debemos hacer todos los productores y es de acostumbrarnos en este tipo de campo más superficial y medio, a aumentar la cantidad y calidad de alimentación, lo que permitirá con la misma cantidad de animales, producir más carne y lana”.
Sostuvo que “esto se puede hacer con los conocimientos actuales, y no sería necesario invertir tiempo en lograr mayores conocimientos, sino que ya están probados, y simplemente hay que mejorar la comida, manteniendo sanidad y manejo”. Al recordar lo sucedido con el Proyecto Merino Fino, del cual participó la institución lanera, Grattarola destacó que “este consorcio tenga éxito como equipo de trabajo y forme volumen de producto comercializable y con otro nivel de precio; nos parece que otros productores que hoy no están en el Crilu pueden sumarse, copiar este sistema y aumentar el volumen de lana”.
Sin abandonar las características carniceras, que actualmente es otra parte importante del negocio ovino, el técnico precisó que “dándoles alimentación a las ovejas antes de la encarnerada y pre parto se está con niveles de señalada de más del 100 por ciento en Merino, y terminando el cordero pesado, están obteniendo más ingreso por carne que por lana”.
Se refirió a conceptos de Pedro Otegui, quien dijo que “lo primero en el objetivo, es que el esquema sea rentable para el productor, y para que esto sea rentable hay que producir lana y carne, ventaja que tiene la especie ovina y hay que saberla explotar”.
Sobre hasta dónde afinar, Grattarola indicó que “se está explorando mucho en ese sentido”, explicando que en “el INIA Glencoe se está brindando alimentación mejorada, por lo que los productores en la medida que lo lleven a cabo, podrán mantener los indicadores que sostiene esa institución. Si a la larga eso se logra, se puede bajar más el diámetro, y el límite para bajarlo estaría en el entorno de las 16 micras (en 15,7 está el consorcio), lo que entiendo está bien”. Consultado si bajar más ese micronaje puede generar cambios a nivel de los reproductores, dijo que “es probable que muy por debajo de ese nivel productivo habrá otra variedad. Incluso lo mencionó el ingeniero agrónomo Fabio Montossi, al indicar que están surgiendo dificultades para conseguir genética australiana que mantenga los indicadores obtenidos de peso de vellón y peso del cuerpo, por lo que hay que ser muy cuidadosos en ese sentido”. Subrayó que “aún no se sabe qué puede pasar en los campos naturales de nuestro país con carneros por debajo de ese nivel de diámetro, pero lo que está claro es que hay que ir con cuidado, porque en los niveles actuales se está produciendo muy bien”.
CONSOLIDACIÓN
Para Fabio Montossi se “han consolidado etapas desde que comenzó el Proyecto Merino Fino, pensando en producir lanas menores de 19 micras, objetivo que se concretó y que nos permite abordar el siguiente objetivo --este con el Crilu--, que nos permita producir lana de 15,8 micras, que son las ultrafinas y de altísimo valor, para confeccionar prendas de 4.000 a 5.000 dólares”.
El director del Programa Nacional de Investigación de Producción de Carne y Lana dijo que “hoy dentro de las majadas se obtienen animales (madres) que tienen 55 kilos de peso y están produciendo cuatro kilos de peso de vellón y generando 15,7 micras, lo que dice que vamos muy bien y que nos acercamos al objetivo”. Un anhelo del investigador es llegar algún día a “ver a los Forlán, Suárez o Cavani vistiendo una camiseta celeste que esté conformada por productos hechos en Uruguay y de lana”. Precisó que el Manchester City de la Primera Liga de Inglaterra “usa productos de lana y los promueve como tal. Tal vez sea el momento para que la camiseta de Uruguay sea hecha el 100 por ciento de lana, y particularmente con estas características, porque son livianas, no pican y tienen características que facilitan el uso de distintas tonalidades de colores, además de su capacidad aislante con respecto al calor y al frío”.
VENTA AL EXTERIOR
Lanas Trinidad SA y el Crilu acordaron la colocación en el exterior de un primer contenedor de 20 toneladas con tops provenientes de lanas ultrafinas. Montossi indicó que los 20.000 kilos del contenedor se formarán con 8.600 kilos provenientes de lanas del núcleo genético ultrafino del Crilu, y 11.400 kilos que aporta Lanas Trinidad SA. En un primer lote, el Crilu aportará lanas con un micronaje de entre 14,1 y 16 micras, en tanto que en un segundo lote habrá lanas de entre 16,1 y 18,5 micras. Las lanas que aportará Lanas Trinidad SA “son de similar micronaje”, acotó Montossi.
ORGANIZACIÓN
El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, ingeniero agrónomo Tabaré Aguerre, manifestó a EL TELEGRAFO que “además de una innovación tecnológica, el Crilu es una innovación organizacional e institucional. Un conjunto de empresarios dedicados a la producción ovina, que deciden formar un consorcio y asociarse con el INIA para juntos desarrollar la investigación que se transforma en una innovación”.
Precisó que más allá de ser el camino lógico, “no siempre ocurre que la investigación desarrolle su tarea con los productores conociendo todos los caminos, como ocurre en este sentido”. Destacó “la enorme potencialidad que tiene la transformación del valor de la lana, como forma de mejorar el ingreso de cientos de productores ovinos en la zona de basalto --no todos son criadores de Merino Australiano--, pero todos los que tienen como producto final la lana y la carne, mejoran significativamente sus ingresos”.
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