Opinion | 14 Dic La próxima semana se concretará la visita a Paraguay de una delegación del gobierno uruguayo a efectos de formular oficialmente el ofrecimiento a la nación guaraní del sistema de puertos de Uruguay para la salida de la producción de ese país a ultramar.
Es así que el 18 de este mes el ministro de Transporte y Obras Públicas, Enrique Pintado, y el presidente de la Administración Nacional de Puertos (ANP), Alberto Díaz, se trasladarán a Asunción para formular un ofrecimiento inmediato de los servicios que ofrece principalmente el puerto de Montevideo, así como el que será en un futuro el puerto de aguas profundas en Rocha, en base a la inversión que promueve el gobierno.
De acuerdo a lo que se ha indicado, la oferta no solo comprenderá los servicios portuarios, sino que se llegaría a lo que se cataloga como una “oferta país”, que comprenderá una serie de incentivos, como es el caso de tarifas portuarias más económicas y la posibilidad de inversiones en una serie de áreas.
Fundamentalmente el eje central de la oferta será el ofrecimiento del puerto de aguas profundas para la salida oceánica, y a la vez lograr que la carga paraguaya que hoy no pasa por Uruguay pueda tener un lugar de trasbordo en los puertos de Nueva Palmira y Montevideo, aspectos estos que serán expuestos por Pintado y Díaz al ministro de Transporte de Paraguay, Carlos Raúl Pereira Raggini, el jefe de Gabinete, Juan Carlos López Moreira y eventualmente el propio presidente de la República, Horacio Cartes.
No puede soslayarse que además de la oferta logística en sí, que permitirá aprovechar la infraestructura ya instalada en nuestro país, uno de los elementos que ha precipitado este paquete portuario y otros servicios tiene que ver con la decisión argentina de derivar hacia otros puertos de la región la carga que antes pasaba por Montevideo en trasbordo, y que ha contribuido a que cayera sensiblemente el volumen de mercadería que pasa por esa terminal portuaria.
Precisamente se ha pensado en incentivos a ofrecer a la nación guaraní que comprenden facilitar y agilizar los trámites, así como bajar la tarifa para el contrato de los practicantes cuando una embarcación ingresa al puerto, entre otros beneficios, según indica el matutino La República.
Estos elementos fueron expuestos por Pintado y Díaz recientemente a los representantes de las concesionarias del puerto, como es el caso de Terminal Cuenca del Plata (TCP) y Montecon, lo que fue recibido con agrado por los empresarios, habida cuenta de la caída de actividad en el puerto capitalino, donde ya hay perspectivas ciertas del envío de personal al Seguro por Desempleo ante las escasas expectativas de que el diferendo con Argentina se solucione en un plazo más o menos inmediato.
Es decir que ante las circunstancias, se ha buscado ampliar a terceros países las ventajas comparativas de la ubicación estratégica de Uruguay en el Cono Sur, lo que está muy bien sobre todo si se tiene en cuenta cómo se las gasta nuestro vecino de allende el Plata, con su imprevisibilidad y políticas erráticas con que nos suele perjudicar a menudo.
Es de recibo que se busquen clientes para estos servicios logísticos en otros países, sobre todo estableciendo contactos con los grandes armadores e imponiéndoles de las ventajas tarifarias y otros estímulos en una diversidad de aspectos con el objetivo de promover inversiones en áreas conexas, en un marco de diversificación de las cargas para compensar la pérdida de las cargas argentinas.
La oferta de puertos tiene como destino principal la posibilidad de salida al mar para las producciones primarias de la región, como es el caso de la soja y otros granos, pero también está en la mira la producción boliviana, que tiene salida del mineral de hierro por la hidrovía Paraguay-Paraná hacia puertos como Nueva Palmira y terminales argentinas para el trasbordo a buques de ultramar. De todas formas no será fácil captar el movimiento del centro y noroeste del subcontinente, porque también en este sentido nos han perjudicado los argentinos, limitando la cantidad de barcazas que puede propulsar cada remolcador, al sur de los primeros puertos de ultramar del río Paraná. Esta resolución encarece el transporte hacia Uruguay, porque obliga a realizar más viajes con menos barcazas por vez, mientras que las terminales argentinas reciben convoyes completos sin problemas.
Sin embargo, la mala experiencia con las cargas argentinas por la medida del gobierno de Cristina Fernández lentamente está dando lugar a una sana reacción de Uruguay, en este caso con una política agresiva que apunta a extender y dinamizar los servicios logísticos para una rica región productiva mediterránea que mucho necesita de mejores instrumentos para una salida efectiva hacia el mar.
Todo indica que una oferta ventajosa derivará en un crecimiento del tráfico regional de commodities, mejorando su competitividad y seguramente promoverá una sinergia como ya estamos observando por ejemplo en Paysandú a partir de la reactivación portuaria, pero en una escala muy significativa y de gran beneficio para la región.