Opinion | 19 Dic En los últimos años se ha visualizado un importante despegue del sector audiovisual uruguayo que, en 2012, exportó U$S22,5 millones, sin incluir a los subsectores animación y videojuegos.
Se trata de una verdadera industrial cultural integrada por subsectores como el cine de ficción, documentales, coproducción y servicios de producción, televisión --canales públicos y privados, realización y producción de contenidos independientes, venta de formatos--, publicidad (local y exportación de servicios de producción), animación (contenidos, publicidad, exportación de servicios postproducción), así como videojuegos.
Por citar un caso, sólo en lo que se refiere a películas al hecho de que varias producciones uruguayas hayan logrado éxito y destaque en festivales internacionales en los últimos años, se suma una auspiciosa realidad: cada año se estrenan un promedio de diez películas uruguayas, lo cual marca una pauta del volumen de realización.
Por otra parte, no son los subsectores anteriormente señalados los únicos que generan empleo en esta industria, sino que hay una serie de empresas que desarrollan actividades complementarias, incluyéndose los proveedores de equipos e insumos, servicios de selección y estudios, distribuidoras, exhibidores y centros de enseñanza, entre otros. Además, la expansión del sector audiovisual ha contribuido al desarrollo de servicios conexos, tales como gastronomía, transporte, alojamiento, utilería y vestimenta.
De acuerdo a lo informado por la Dirección Nacional de Industrias, el sector audiovisual está integrado aproximadamente por 200 empresas, genera 6.000 puestos de trabajo y emplea mayoritariamente a jóvenes que perciben salarios superiores los generados en otros servicios.
También cuenta con importantes apoyos. Por ejemplo, no paga IVA por cine, televisión, exportación de servicios de producción publicitaria, enajenación de obras cinematográficas y servicio de distribución de películas cinematográficas para la exhibición en salas de cine. Asimismo, recibe otros apoyos de gobierno nacional a través de conglomerados, como el Cluster Audiovisual, al que la Oficina de Planeamiento y Presupuesto financia el 50% de sus acciones y promueve la presentación de proyectos que pueden obtener entre un 60% a 80 % de financiación.
Podría decirse entonces que la industria audiovisual nacional está pasando por un muy buen momento y representa una oportunidad interesante para el país. No obstante, es importante señalar que si bien el apoyo que está recibiendo desde las políticas públicas posibilita que más uruguayos tengan acceso a sus productos culturales, el sector debe comprometerse fuertemente con el logro de su sustentabilidad ya que el importante apoyo gubernamental tampoco será eterno.