Paysandú, Sábado 21 de Diciembre de 2013
Opinion | 18 Dic Hasta marzo (o incluso la primera semana de abril) rige en el país el alerta por incendios forestales, ubicado en Uruguay entre medio y alto, dependiendo de las zonas, las condiciones climáticas y la humedad del suelo.
Nada menos que el 95% de los incendios forestales son iniciados por la mano humana, sea por impericia o por intencionalidad. Esto significa que cualquier quema (que de hecho está prohibida) puede generar un incendio de mayores proporciones, que puede afectar tanto a bienes urbanos, como por ejemplo aquellos comenzados en patios o fondos de propiedades privadas, como a grandes extensiones forestales si esto ocurre en el medio rural.
Paysandú tiene más de 47.000 hectáreas forestadas y por su ubicación geográfica, en el litoral oeste norte del país, los riesgos son muy importantes. También lo es, y esto debe destacarse especialmente, la prevención que llevan adelante las empresas forestales instaladas en la zona. Esta ha dado excelentes resultados, pues en los últimos años no se han producido incendios forestales de proporciones.
Y claramente ese es el camino a seguir, no solamente en áreas forestales sino en todo lugar. “Donde se ve a un bombero es porque ha ocurrido algo grave, que implica generalmente pérdidas económicas y a veces hasta humanas”, dijo el jefe del destacamento local de Bomberos, el subcomisario Pedro Severo.
Pues, sin dudas, se trata de mantener el mayor tiempo posible a los bomberos dentro de su destacamento. Y esto se logra esencialmente con la prevención, especialmente en esta temporada estival.
Llegan las fiestas tradicionales y el menú más común es el asado a las brasas. Y con las mismas fiestas llegan los festejos con fuegos de artificio y bombas de estruendo. O, peor aún, por su peligro potencial, los barriletes iluminados con velas o similares.
Si la inmensa mayoría de los incendios tienen su inicio en una acción humana, es imprescindible tomar las precauciones siempre, en todo lugar y todo momento. No es solamente un asunto de áreas forestadas, sino de todo espacio. Porque si bien es cierto que se pueden producir enormes pérdidas en los primeros, un incendio en una humilde casa, aunque económicamente no tan sustantivo, puede dejar literalmente en la calle a sus ocupantes.
Por tanto, uno y otro son de temer y deben prevenirse tanto como sea posible. El fuego es un amigo del hombre, pero puede convertirse en uno de sus peores enemigos. En estos días estivales, respetarlo es esencial. La prevención es hoy como antes la mejor manera de mantenerlo como amigo. En el lugar que debe ocupar.
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