OPINIÓN

Locales | 22 Dic Tránsito pesado
Para que, los que no se enteraron, lo sepan: ayer viernes 19, en la Oficina de Tránsito del Palacio Municipal, había sólo dos funcionarios para atender al público. Los que averiguamos, nos enteramos que todas las funcionarias mujeres habían faltado... Así, simplemente, “faltado”. (¿Todas juntas?)
Como todo Paysandú sabe, en esa Oficina se hacen muchísimos trámites diarios entre empadronamientos, libretas, etcétera. O sea, en esa oficina (supongo que en alguna otra también) se trabaja mucho y se necesitan varios funcionarios. Escuché por ahí que “las que faltaron” eran “las cinco”. Quiere decir que allí trabajan atendiendo al público siete personas, ¡de las cuales faltaron cinco! Imagínese la rapidez de atención que recibieron, y el humor de los pobres que decoraban la llamativa larga cola de espera (¡y el humor de los dos que quedaron solos en la trinchera!).
Seguramente debe haber sido una coincidencia fatal, alguna circunstancia extraordinariamente rara, magia negra o algo por el estilo. Cualquier explicación me serviría de excusa para anotar en el libro de los récords. Cualquiera, menos que lo hicieron por gusto. Eso no creo (quiero no creer). Porque hay que ser demasiado mal compañero(a) y demasiado poco considerado(a) con el que les paga el sueldo --el contribuyente, ese que estaba en la cola-- para hacer semejante macana o travesura.
Seguramente el Director --el responsable de la oficina-- no podrá hacer nada. Todos tienen derecho a faltar al trabajo. Eso no tiene nada de raro. Lo llamativamente extraño es que hayan sido cinco personas juntas, en la misma oficina, el mismo día.
Cosas que pasan y que no deberían pasar. “Vuelva mañana” y ¡a llorar al cuartito! Lindo nos va.
El Paciente