Paysandú, Viernes 27 de Diciembre de 2013
Opinion | 22 Dic Uruguay, un país cuya población apenas sobrepasa los 3 millones de personas, recibe casi la misma cantidad de turistas, los cuales aportan unos U$S 2.000 millones a la economía del país, con el consecuente impacto positivo en la generación de empleo en el sector.
El Ministerio de Turismo y Deporte de Uruguay ha incrementado la promoción dirigida a estos segmentos en países de la región y otros, a la vez que en los últimos años es notorio un esfuerzo de los principales destinos nacionales en cuanto a mejorar la oferta en calidad y cantidad, inaugurando mejores hoteles y disponiendo de una buena oferta inmobiliaria, siendo también muy importante el peso del turismo residencial de alta calidad.
Nada de esto ha pasado por azar ni se trata de fichas del destino que han caído a nuestro favor, sino que desde hace ya muchos años existe una política turística impulsada por el gobierno nacional que ha promovido estos cambios, que se visualizan y concretan de diferentes maneras en los distintos lugares del territorio nacional, dependiendo en muchos casos de las existencia o no de definiciones departamentales en materia de turismo y de cuánto acompañan los gobiernos departamentales y los operadores privados las tendencias en este sector de actividad.
Hay lugares que tienen o están tomando definiciones claras en materia de desarrollo turístico en la región. Sabido es que el sector ha logrado una mayor proyección en Salto, fundamentalmente en relación al crecimiento de sus centros termales, además de la localización de importantes inversiones hoteleras que apuntan al turismo de alta gama, como el recientemente inaugurado hotel cinco estrellas “Altos del Arapey, Club de Golf y Hotel Termal”, que significó una inversión de 25 millones de dólares y genera 130 puestos de trabajo directos.
Lo mismo podría decirse de Soriano, que conjuntamente con el Ministerio de Turismo inauguraron este año la primera estación náutica en Villa Soriano, donde además del turismo fluvial, se lleva adelante una interesante propuesta de turismo histórico y cultural. Además, con la participación en ferias náuticas en Buenos Aires, principal mercado emisor de turistas con este perfil, así como con la organización de competencias de motonáutica, Soriano está incursionando fuertemente en un nicho inexplotado para el turismo regional. Completa este paquete el festival de Jazz en la Calle, en constante crecimiento y que permitió declarar a Mercedes como “capital del Jazz en el Uruguay”.
Río Negro no se queda atrás tampoco con su puesta en valor del exfrigorífico Anglo, recientemente propuesto como “Patrimonio de la Humanidad” ante la Unesco, y sus planes de creación de una importante zona residencial en la Ruta Panorámica, asociado al campo de golf existente en la zona y el balneario Las Cañas. Además, tiene previsto incursionar en la explotación de aguas termales recientemente confirmadas en San Javier, Nuevo Berlín y Young. Un poco más lejos pero no tanto, está el caso de Rivera, cuyos free shop atraen hasta 20.000 turistas brasileños por fin de semana, lo que ha significado un verdadero boom en la capital del departamento norteño.
Todo esto está ocurriendo alrededor y a escasa distancia de Paysandú, que si bien ha captado algunas inversiones puntuales --como el hotel y spa termal en Almirón-- y donde el Proyecto del BID Mintur para la puesta en valor turística del Corredor del Río Uruguay y destinos asociados está realizando un interesante trabajo de capacitación de emprendedores turísticos y construcción de infraestructura en la zona de Guichón y Meseta de Artigas, sin embargo no se avizora la existencia de una política departamental de turismo orientada a lograr cambios cualitativos sustanciales en el mediano y largo plazo, que nos permitan dar el gran paso que en esta materia necesitamos teniendo en cuenta los planes de los departamentos vecinos y el conocido y potente desarrollo turístico entrerriano, ya consolidado y en crecimiento aún con una variada oferta de turismo termal, rural, ecológico, náutico, histórico, gastronómico y cultural.
Ha sido positiva la decisión de asociarse con Salto para la promoción conjunta del Destino Termas pero eso --quedó demostrado-- no es suficiente. Es necesario ser creativos y fortalecer la cadena de valor turística local, medido a través del número de entidades adheridas formalmente a un esquema de funcionamiento en red: hace falta gestionar más y mejor, hace falta estudiar y atender a los procesos de turistificación (cómo un lugar se vuelve turístico) y, fundamentalmente, pensar y planificar el desarrollo en un escenario cada vez más competitivo y con turistas más informados y exigentes, con mayor disponibilidad para viajar, incremento en los años de vida saludables y una mayor renta disponible para viajes.
Sabido es que el desarrollo del turismo no es competencia exclusiva de un gobierno departamental --que sí debe promover e impulsar-- y, por otra parte, es evidente que allí donde el turismo marcha muy bien es manifiesto el papel cada vez más activo que juegan las empresas y emprendimientos privados del destino, sin dejar de lado la profesionalización en todas las áreas del sector y una restricción de la burocracia dentro de una planificación turística ordenada y profesional. En tanto no logremos definiciones claras, visualizar claramente y poner en práctica estas cosas, cada vez más difícil se nos hará ser turísticamente competitivos en la región.
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