Opinion | 26 Dic Se ha ido 2013 y entre los temas pendientes de los sucesivos gobiernos, pero en especial énfasis en lo que va de la Administración Mujica, ante los anuncios e intenciones que se han ido formulando, figura la reactivación, reestructuración y proyección del ferrocarril. Así, pese a que la idea del gobierno era que la nueva operativa de cargas ferroviaria integrada en el 51 por ciento por AFE y en un 49 por ciento por la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) comenzara a funcionar a partir de marzo, se mantiene en todos sus términos la incertidumbre.
La negociación iniciada para acordar el traspaso de trabajadores a esta nueva empresa y definir el futuro de los empleados excedentarios de AFE quedó detenida, ante el rechazo de la Unión Ferroviaria a la propuesta del Poder Ejecutivo.
Desde el sindicato se dijo que la propuesta del Poder Ejecutivo al respecto es “ridícula” y “una tomadura de pelo”. “Si el gobierno quiere retirarnos de AFE y que nos vayamos debió crear un verdadero retiro anticipado o una jubilación anticipada que realmente compense el perjuicio al trabajador”, indicó, lo que se ha estado tratando de acordar.
Esta sucesión de indefiniciones, marchas y contramarchas, de callejones sin salida aparente, le costó el puesto al presidente de AFE, Jorge Setelich, quien había manejado que el transporte de piedra podría constituirse en una tabla salvadora para el ente en 2013 y generar un “salto cuantitativo” en el volumen de carga movilizado por el tren.
De acuerdo al jerarca, el directorio había definido como una de sus prioridades para este año generar un plan que prevé la incorporación de 40 vagones y dos locomotoras con una inversión que ronda los U$S 10 millones. La construcción de la planta regasificadora en la bahía de Montevideo es la base para esta iniciativa, teniendo en cuenta que la posibilidad de sumar el transporte de piedra para la construcción de la escollera que requerirá el barco regasificador significará un importante aumento en los volúmenes de carga y facturación del ente.
La construcción de la planta regasificadora requerirá un máximo de cinco millones de toneladas de piedra. Esto es el doble de lo que demanda Uruguay actualmente por año. Por ese motivo, es altamente probable que este incremento abrupto del consumo dispare los precios. Para ganar tiempo y ahorrar recursos, AFE se asoció con Ancap para tramitar los permisos de las canteras para obtener el volumen de piedra que demandará la planta, pero hoy la principal dificultad que tiene el ente, entre otros aspectos es la posibilidad de acceder a financiamiento sin la garantía del Estado.
Pero las cosas no han salido como se esperaba, y en medio ha quedado el cese de Setelich en la presidencia del ente, en tanto la negociación con la Unión Ferroviaria es la piedra en el zapato para dar lugar a los pasos siguientes en cuanto a la reconversión del ferrocarril y generar el aporte de este instrumento logístico en la infraestructura de apoyo que necesitan sectores productivos primarios en Uruguay.
Por lo demás, ya transcurrido 2013 y cuando viene la inamovilidad del verano, ingresaremos de lleno en el año electoral, en el que tradicionalmente se hace poco y nada valedero en el gobierno y además cualquier movimiento está contaminado de electoralitis crónica.
Por lo tanto, más allá de decisiones políticas y eventuales anuncios, la negociación y relación con el sindicato por este tema aparece como muy compleja, teniendo en cuenta además que como todo nucleamiento de trabajadores y gremiales del área de actividad que sea, se ha creado para defender sus intereses.
Pero por ahora nada indica que pueda avanzarse en esta reconversión si antes no se logra una propuesta satisfactoria ante un Poder Ejecutivo que con razón, una y otra vez repite la necesidad de contar con un ferrocarril que realmente responda a las necesidades e intereses del país, pero se muestra vacilante a la hora de las definiciones porque no le interesa chocar con el movimiento sindical y mucho menos pagar el costo político ya en pleno año electoral.