Opinion | 08 Ene El programa de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (Girsu), que se inició en noviembre pasado, tiene en Paysandú un desempeño adecuado, aun cuando hay lugares donde aparecen bolsas fuera del contenedor, algunas colocadas por vecinos, otras arrojadas por los hurgadores. Este año se espera aumente eficiencia cuando arribe el camión lava contenedores, lo que ciertamente es una necesidad que este verano caluroso ha dejado en evidencia.
Los contenedores tienen la misma función que la “bolsita” que se colocaba frente al domicilio de cada familia, es decir solamente debe recoger residuos sólidos domiciliarios. No obstante ello, se arrojan todo tipo de residuos, incluso escombros, lo que indica que los usuarios no han todavía aprendido su buena utilización.
El sistema de recolección de residuos por contenedores crece en popularidad no solamente en Uruguay sino en otros países cercanos, caso de Argentina. Pero así como tiene enormes ventajas, en la medida que concentra en un solo lugar por cuadra los residuos, lo que mejora el paisaje urbano y permite optimizar recursos en la recolección, también tiene inconvenientes.
Especialmente en el propio sistema de recolección. Lo que ocurre en estos días en Ciudad de la Costa debe servir como advertencia, si bien en Paysandú hoy por hoy no se registran esos inconvenientes.
Debido a que la empresa privada que tenía la concesión para la recolección de residuos en contenedores terminó con su contrato, la tarea quedó en manos de la Intendencia de Canelones, la que no puede cumplir a cabalidad con el trabajo.
Informes de prensa hablan de moscas, ratas, mal olor y basura desparramada alrededor de los contenedores. La acumulación de bolsas provoca daños sanitarios, que nada bien le hacen a la zona, especialmente en temporada turística.
La Intendencia de Paysandú ha tomado para si el trabajo de recolección --que realizaba antes en camiones recolectores-- por lo que no quedará en manos del término de una concesión. Pero si hay que tomar este ejemplo en caso de ocurrencia de protestas laborales o falla de equipos.
Es cierto que resulta imposible prever todo en la vida, desde que ésta siempre tiene una cuota de incertidumbre. Pero para que el Girsu tenga larga vida, se hace necesario establecer planes de contingencia --por ejemplo manteniendo en buen estado una flota de camiones recolectores, o contando con una unidad extra para emergencias-- para actuar en ese tipo de situaciones.
Los residuos urbanos no recolectados son una fuente de contaminación clara y contundente. El nuevo sistema ha mejorado la recolección. Pero es en cierta medida frágil, precisamente porque concentra en pocos lugares muchos residuos. Por eso mismo, debe ponerse énfasis en su desarrollo y mantenimiento.