En la “Aldea” de Porvenir

Locales | 05 Ene Los trabajadores de la Fundación Imcos Aldea de la Bondad de Paysandú se quejaron por los atrasos en el pago de salarios y otros haberes generados en 2013, como licencias y aguinaldo. Una visita de EL TELEGRAFO a la chacra de la institución ubicada en Porvenir (nuevamente y después de cinco años de la última nota) permitió observar que el lugar se mantiene limpio y prolijo, con los internos --con afecciones mentales leves pero autoválidos-- en el patio del frente, saludando cariñosamente a los visitantes.
En la chacra de la Aldea de la Bondad hay 46 internos, 40 a cargo de INAU y seis particulares que son atendidos por 36 funcionarios que incluyen cocineros, chofer, nurses, vigilantes y cuidadores, más una encargada que vive allí. La encargada de la sección Paysandú de Imcos, si bien atendió gentilmente la requisitoria periodística y reconoció que había atrasos en los pagos a los funcionarios, no quiso dar más detalles de la situación y consultó al abogado de la institución, quien le aconsejó no brindar declaraciones.
De todos modos, el equipo de EL TELEGRAFO dialogó brevemente con la encargada y los internos, algunos de los cuales tienen un retraso y mantienen una charla limitada pero normal. Se prometió, por parte del abogado vía telefónica y de la encargada personalmente, ampliar detalles de la situación luego que culminen las instancias administrativas que los trabajadores plantearon en el Ministerio de Trabajo reclamando lo adeudado.
También en salto
Paralelamente, la Fundación Imcos Aldea de la Bondad de Salto también está con problemas financieros, según el diputado colorado por Salto Marcelo Bistolfi, quien dijo a radio Tabaré que está preocupado por la difícil situación económica que atraviesa la fundación. En la sede central de Salto viven cerca de 120 personas y trabajan casi cien funcionarios en tres turnos, para atender diversos tipos de problemas, trastornos y enfermedades irreversibles.
Bistolfi señaló que acudió a la Aldea en reiteradas ocasiones y se interiorizó de la situación que atraviesan. Allí, muchos han sido abandonados por sus familias que no regresaron más a visitarlos, no hacen aportes para su manutención y dependen de los funcionarios. En tanto el director del INAU, Javier Salsamendi, visitó Salto y la sede de la fundación, donde se interiorizó de los problemas a los que se enfrentan los funcionarios.
La intención, según Bistolfi, es que el INAU se haga cargo de los aportes de los jóvenes y no tan jóvenes que residen allí para inyectarle fondos a la fundación, principalmente por aquellos que hace décadas están en ese lugar y sus familias no han aportado nada en mucho tiempo. El legislador dijo que no descarta la promoción de un evento de recaudación de fondos en Salto.