Deportes | 08 Ene No importó el agua y que, por la lluvia, varios jugadores pegaran el faltazo con aviso, sobre todo aquellos que tienen que recorrer varios kilómetros para practicar.
Lo cierto es que la selección mayor del fútbol sanducero prefirió mojarse a entrenar bajo techo, arriesgar a alguna lesión a trabajar en la seguridad que le brindaba la Asociación Cristiana de Jóvenes, donde el plantel se reunió para emprender rumbo a la cancha de Centenario.
En el Parque Pasarello los jugadores se cambiaron y salieron a la cancha, para utilizar medio terreno de juego y un arco portátil. La idea fue no aflojar, sabiendo que el sábado la Blanca se juega una durísima parada cuando visite a Tacuarembó en el Goyenola, donde tendrá que hacerse fuerte para recuperar los tres puntos que dejó en el debut clásico oficiando como local.
Fútbol rápido, con pocos toques, trabado y con el arco ahí, cerca y entre ceja y ceja. Fueron dos tiempos de 25 minutos intensos; bajo agua, en poco espacio pero fútbol al fin, tal como había anunciado el profesor Pinho el día anterior.
Y hoy se servirá el mismo plato aunque en el Estadio Artigas, donde la selección mayor entrenará de aquí en más todos los miércoles, de 19 a 20.30.
Será esta tarde cuando el técnico Sergio Esquivel comience a sacarle punta al lápiz, afine el ojo y comience a repartir los chalecos para definir el equipo titular. Esquivel no quedó conforme con el debut, más allá del resultado. “Podés perder, pero nunca jamás se puede desordenar tu equipo. Y eso fue lo que nos pasó; nos pasó lo que no te puede suceder nunca”, lamentó.
Y es por eso que prepara cambios, al punto que es de suponer que llegará al menos uno por línea, incluyendo al golero luego de que Federico Acosta retornara a la selección.
Son horas decisivas, porque no se pueden dejar puntos por el camino. La apuesta es a ganador, y las cartas comienzan a mostrarse hoy.