Opinion | 07 Ene Al efectuar una evaluación sobre la situación del sector durante 2013, el ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman, reveló al diario El País que entre otros aspectos el gobierno apuesta a la Cumbre del Mercosur en Caracas, prevista para el próximo 17 de enero, para generar condiciones que permitan un incremento del intercambio regional, a la luz de la traba de las exportaciones de la Argentina, pero subrayó que “la táctica la lleva el presidente” José Mujica.
Kreimerman se mostró satisfecho respecto al comportamiento de la industria el año pasado, pese al freno que ha experimentado la región, y agregó que para este año se espera que el crecimiento del sector sea en el entorno de 3%, en tanto con relación a la planta regasificadora, dijo que se sigue el diálogo con Argentina para definir qué mecanismos se emplearán para vender gas hacia ese país.
Respecto a las perspectivas para 2014, consideró que “la economía va a crecer y lo estimamos a partir de que las inversiones han sido récord en 2013. Los proyectos promovidos de interés nacional han crecido en monto un 42% y de ellos el 73% son industriales. Tenemos para el año algunas incertidumbres. El crecimiento de la economía se espera en el orden del 4%. Hay recuperación de varios mercados como el de Estados Unidos que está teniendo un crecimiento que ahora sí se está afirmando. China se espera que se mantenga y ahora pasó a ser el principal socio comercial al conquistar el primer lugar en las carnes. También creció fuertemente la industria automotriz. Por lo pronto vamos a tener el impacto de Argentina claramente, que ya lo empezamos a tener a partir de octubre. Tengo expectativas de mantener los acuerdos con Brasil y de mantener un crecimiento (de la producción industrial) del orden de 3%, pero no tenemos el dato trazado todavía. Entre febrero y marzo vamos a tener una estimación para el año”.
Evaluó asimismo que si bien se depende en gran medida de los socios que han complicado con trabas al comercio, evaluó que “ya la dependencia de Argentina es menor por decantación, no por voluntad”, para acotar que “la idea es negociar y que se recupere el ámbito de negociación. Nosotros en otros temas con Argentina estamos trabajando muy bien. Estamos negociando en la parte energética, no solo suministrando energía que están necesitando, sino viendo cuales son las vías para venderle gas”.
En lo que refiere a la venta de energía al vecino país como elemento de negociación para levantar las trabas, consideró que “la energía es un tema de largo plazo para ambos países y lo hemos manejado siempre con un gran respaldo uno hacia otro. No es un tema de negociación contra nada”.
Por lo tanto el secretario de Estado separó la perspectiva de vender gas a la Argentina como un elemento de negociación, lo que lleva a que Uruguay descarte que sea un aspecto que pueda contribuir a un incremento y en cambio ha llevado la apuesta a una recomposición global dentro del Mercosur, lo que de por sí es problemático, a la luz de la degradación del intercambio comercial en el bloque, y mucho menos en la negociación bloque a bloque, en la que los avances han sido nulos con la Unión Europea, por ejemplo, pese a que países como Uruguay tienen en esta apuesta gran parte de sus expectativas.
Y si bien Kreimerman tiene esperanzas de que la “táctica” de Mujica en el Mercosur permita avanzar en la recomposición por lo menos parcial de las relaciones comerciales con la Argentina, reconoció que si eso se logra no va a ser “nunca al nivel anterior, eso está claro. Eso es no solo por lo que Uruguay pueda negociar, sino por la propia Argentina, que está en un momento más complejo. Sí está claro que hay industrias que están sufriendo y debiéramos poder recuperar el comercio. Básicamente papel, vestimenta y alimentos, que es más difícil, porque ahí hay más competencia interna. No hay demasiados problemas y seguimos exportando bien en autopartes”
Pero más aún, siempre está de por medio la posibilidad de que Argentina ni siquiera se dé por enterada, como suele ocurrir, de los planteos de Uruguay para mejorar la relación bilateral, por lo que el plan B para el país, a juicio del ministro, sería perseverar en acciones para ampliar los lugares de destino del intercambio comercial, fuera de la región.
En este sentido explicó que “nosotros hicimos tiempo atrás el fondo de diversificación de mercados para que las empresas pudieran estudiar nuevos mercados. Pero realmente las empresas que hoy quedan exportando a Argentina ya no tienen demasiadas alternativas. La principal alternativa para algunas de ellas ha sido Brasil, y Brasil ha mejorado muchísimo. Algunas ventas se han redireccionado con buen resultado”, pero igualmente en el intercambio con Argentina “hay U$S 32 millones de Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación que están trancadas”.
Este solo hecho indica hacia dónde debemos “redireccionarnos”, que es negociar hasta con “quien se descuide”, como señalara en su momento Mujica, porque de la Argentina solo podemos esperar más problemas y trabas, y fundamentalmente actuar de consuno con Brasil y Paraguay para concretar el acuerdo con la Unión Europea, que a esta altura aparece como una tabla de salvación para el mediano plazo.