Opinion | 16 Ene En la víspera asumió la nueva directora del Consejo Nacional de Educación Secundaria, Celsa Puente, y habló del tiempo. Aunque esta docente de vasta trayectoria académica no se refirió necesariamente al cronológico, se extendió en torno al momento preciso con el que le tocará lidiar.
“Es cierto que el tiempo nos acucia, pero no creo que la mayor importancia radique en el tiempo que queda para cerrar el tiempo gubernamental, sino que lo que nos acucia es el fenómeno de los jóvenes que recibimos en cada liceo. Ese es el tiempo que nos urge, que nos interpela, que nos convoca para hacer que cada instante de intercambio entre jóvenes y adultos sea fértil”, dijo Puente.
La nueva jerarca hizo referencia al “fenómeno de los jóvenes”, sin ahondar en explicaciones y aunque se desmarcó del tiempo político --donde no cree que se proyecte la “mayor importancia”--, deberá reconocer junto a los demás integrantes del Codicen que son los que rigen la realidad nacional.
Por más avales que muestren sus integrantes, los tiempos políticos apuran o enlentecen una resolución, una meta, una renuncia o una designación, como en este caso.
Esos tiempos políticos no transforman una realidad específica sino que empujan hacia ella las agujas de su propio reloj. Los tiempos de los jóvenes, de los viejos, de los niños, de las mujeres, los discapacitados y así podríamos enumerar como referencia a las poblaciones específicas hacia donde se enfocan los programas, deberán atravesar ese gran reloj político que dicta si sus resultados deben mostrarse más lento o más rápido.
En algunos segmentos, la máquina casi se ha detenido y sus piezas oxidadas no han sido aceitadas o removidas en mucho tiempo. Sin embargo, es en la educación donde el velocímetro marca un récord a contrarreloj y en los descuentos.
El resultadismo no se da solamente en el fútbol, sino que también se observa en los ambientes más selectos. Aunque Puente sostenga que “la magia no existe, existen algunos procesos que se pueden empezar a implementar desde algunas convicciones que uno porta”, deberá comprender que 2014 es un año electoral. Y un año electoral conlleva otras realidades.
Por ejemplo, en el ámbito parlamentario se manejan diversas visiones que algunas veces transitan de manera paralela al sentir ciudadano y tal como enseña la Matemática, dos líneas paralelas se mantienen siempre a la misma distancia y nunca se encuentran.
Pero Puente es profesora de Literatura. Sabe que el tiempo en una narración es continuo o discontinuo, es subjetivo y creado por el propio escritor. Su recurso será utilizado en función de las necesidades de quien escribe y el curso del mismo puede variar si habla en presente o dice “pasaron cinco años”.
Esos cinco años están pasando, pero bajo el tiempo político. Tal vez, el literario sea demasiado bello como para explicarlo.