Paysandú, Miércoles 22 de Enero de 2014
Opinion | 17 Ene Todo indica que en el primer trimestre de este año quedarán operativos los parques eólicos instalados en Florida, Lavalleja, Maldonado y Tacuarembó, lo que significa incorporar otros doscientos megavatios de energía al sistema interconectado, en un proceso de cambio de la matriz energética nacional que sin dudas representa una evolución respecto a épocas incluso cercanas.
En este contexto se inscribe la fuerte incorporación de energías renovables, a lo que se agregará la disponibilidad de una nueva central térmica de ciclo combinado alimentada con gas natural a partir de la regasificadora de gas natural licuado.
Según autoridades de UTE, estas innovaciones permitirán reducir los costos de generación y por lo tanto las tarifas de electricidad sus los clientes, aunque fuentes del organismo aclararon que el perfil de incorporación de energía eólica por los diversos emprendimientos en curso, ya sea privados, asociación de UTE con la brasileña Electrobras, la UTE a través de sus inversiones presupuestales, el leasing operativo, entre otros, depende de varios factores y de acuerdo con los mismos es el resultado que tendrá la empresa estatal para el costo de abastecimiento de la demanda, según indica La República.
Debe tenerse presente además que de acuerdo a lo anunciado por el ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman, Uruguay ya superó el 40 por ciento de energías renovables en su matriz energética, y el jerarca recordó que desde la aprobación de la política energética en 2008 la mayor demanda deriva hoy del sector industrial. El secretario de Estado puntualizó que nuestro país comenzó a trabajar en la transformación de la matriz energética desde 2005, debido a la convicción de que el modelo vigente no es sustentable y de que nuestro país, aun siendo pequeño, puede contribuir en su modificación.
Kreimerman hizo hincapié en que en 2008 se formuló la política energética que fue ratificada por los cuatro partidos políticos con representación parlamentaria en 2010.
Explicó que esta política incluye la modificación de la normativa e inversiones de empresas públicas y privadas que alcanzan los 7.000 millones de dólares, con el objetivo de alcanzar una mayor diversificación, con más energías limpias, mayor soberanía y eficiencia y menor variabilidad.
Entre los logros destacados por el jerarca figuran el mapa eólico y el solar, el fortalecimiento de la Unidad Reguladora de los Servicios de Comuncaciones (Ursec) y más beneficios fiscales para los emprendimientos.
Además de la próxima incorporación de la regasificadora en Montevideo y con las miras puestas en alcanzar el 50 por ciento de aporte en energías renovables para 2016, actualmente se supera el 40 por ciento, pero en lo que refiere a la matriz eléctrica, las fuentes renovables excederán el 80 por ciento, a lo que debe sumarse la prospección y exploración de nuevas fuentes de energía.
Pero más allá de estos números alentadores si nos ubicamos en el escenario del país hasta hace pocos años, un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través del Fondo Multilateral de Inversiones, indica que los consumidores minoristas de Uruguay pagan la tarifa eléctrica más cara de América del Sur y la cuarta más elevada entre 28 países relevados en la región y el Caribe.
Según el estudio, el promedio es de 0,28 dólares por kilovatio hora, pero la cosa no es mucho mejor para los consumidores mayoristas, que pagan el segundo precio más elevado de la región, a un promedio de 208 dólares por megavatio.
Por lo tanto, a la vez de avanzarse auspiciosamente hacia el recambio de la matriz energética hacia energías renovables, la tarifa eléctrica cara implica un encarecimiento del costo país para los sectores que venden bienes y servicios, afectando fundamentalmente la competitividad de la industria, y a la vez encarece el costo de vida en la economía doméstica.
Lo positivo es que pese a esta ecuación que condiciona la economía por el alto costo energético, Uruguay avanza con buen paso a la independencia energética de fuentes propias, y según lo manifestado por el director nacional de Energía, Dr. Ramón Méndez, con la producción de energía eólica prevista para 2015 en algunos momentos del día toda la demanda de electricidad que requerirá el país será suministrada a través de esta generación.
Este es un buen indicativo y sobre todo un aliciente para continuar adelante con esta política energética, a pesar de errores que enlentecieron un proceso que debió haber sido mucho más ágil, de haberse actuado con este mismo convencimiento por las propias autoridades de UTE en anteriores administraciones.
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