Opinion | 21 Ene Una interesante experiencia cultural se viene desarrollando en tres playas de la capital, poniendo en práctica algo que bien podría instrumentarse en diferentes lugares del país puesto que prácticamente no se necesitan inversiones para realizarlo. Se trata del programa Biblioplaya impulsado por el Ministerio de Educación y Cultura y la Intendencia de Montevideo.
La propuesta es sencilla y hace un par de años la propusimos desde este espacio para el verano en Paysandú: consiste en la extensión de las actividades de las bibliotecas de la comuna capitalina para incentivar el hábito de la lectura en las playas.
Tras una interesante experiencia realizada el año pasado, la segunda edición del programa fue puesto en práctica el pasado viernes en las playas Ramírez, Pocitos y Malvín, extendiéndose hasta el próximo 9 de marzo.
Cada Biblioplaya funciona de miércoles a domingos, de 9 a 12 y 17 a 20 horas, y posee 500 publicaciones de contenido variado entre libros, revistas y otros formatos. Cada una de estas bibliotecas de playa tiene como padrino a un escritor nacional. Además habrá charlas de autores nacionales, talleres de ajedrez y otros juegos de mesa. Para acceder al préstamo de libros, quienes concurren a las playas sólo deben presentar la Cédula de Identidad.
Con buen tino, el proyecto apunta a la extensión de las actividades de las bibliotecas de la Intendencia de Montevideo, que permite promocionar el hábito de la lectura.
No se trata de un invento local, sino de una práctica utilizada y habitual en diferentes lugares del mundo como una forma de impulsar, defender, favorecer y fomentar la ilusión por la lectura y ponerla al alcance de todos de forma fácil, cómoda y gratuita, aprovechando que la temporada estival que favorece dichas actividades de ocio y tiempo libre, tanto para los habitantes locales como para los muchos turistas que acuden a las playas.
Las bibliotecas, generalmente olvidadas en la asignación de presupuestos y, en muchos casos con dificultades para aggiornarse, deberían considerar este tipo de propuestas. En Paysandú, sería bueno que la Dirección de Cultura de la Intendencia --que el año pasado llevó todos sus grupos estables a la semipeatonal y también hubo puestos de la Biblioteca “José Pedro Varela”-- considere la posibilidad de innovar en este rubro y establecer una “biblioplaya” durante el verano utilizando los mismos recursos humanos y materiales que dispone durante todo el año y asignando una mínima infraestructura en la zona balnearia. Una idea a considerar, sino este, quizá el próximo verano.