Opinion | 20 Ene Pese al paso de los años, lejos de solucionarse, se ha acentuado el déficit de disponibilidad de especialistas médicos en dependencias del Ministerio de Salud Pública en el Interior, y ello repercute sensiblemente en la calidad de la atención en los hospitales ubicados fuera de Montevideo, lo que se ha dado con y sin el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS).
La promesa de un trabajo estable para toda la vida y la alta demanda laboral no son suficientes para que los especialistas decidan radicarse en el Interior, y es así que son muchos los factores que atan a los profesionales a la capital del país y ni siquiera en Montevideo están todos los cupos ocupados, de acuerdo a un relevamiento que efectuara el matutino capitalino El País.
Con matices, en todos los hospitales del país --incluido naturalmente Paysandú-- se dan situaciones como el caso del hospital de Fray Bentos, donde la semana anterior los médicos advirtieron sobre un colapso por la falta de especialistas fundamentalmente y amenazaron con renunciar en masa. Según afirmaron, cada médico de la emergencia atiende entre 100 y 120 pacientes por día, en tanto en Paysandú también los funcionarios han denunciado falta de profesionales como enfermeros y un alto ausentismo laboral.
“La situación que sucede en Paysandú no es ajena a la que sucede en el Maciel, en el Pasteur y en el Pereira Rossell. En lo que va del año estamos superando en ausentismo sin cobertura el 25% de la dotación de personal”, dijo a El País Luis Pérez, de la Asociación de Funcionarios de la Administración de Servicios de Salud del Estado (Afasse).
Por su lado el presidente de la Federación Médica del Interior (FEMI), Carlos Cardoso, dijo que “hay especialidades en las que hay pocos médicos, como Urología, Otorrinolaringología, Oftalmología y Anestesia”.
Cardoso afirmó que los cambios en la práctica médica profundizan esta falencia. “Excepto la anestesia, todas las especialidades tienen mucha más actividad quirúrgica por el avance de los tratamientos.
Entonces eso hace que se requieran más horas de trabajo de esos especialistas”, indicó. “Además, el régimen de trabajo incluye no solo el trabajo en el block quirúrgico y en las policlínicas, sino también el trabajo de guardias”.
Pero además el presidente de FEMI reconoció que en el norte del río Negro ejercen muchos menos médicos que en el sur, y afirmó que cada vez más médicos viajan periódicamente al Interior para realizar intervenciones quirúrgicas o consultas. “Cada vez viajan más médicos que residen en Montevideo a trabajar en el Interior. Las áreas en las que existe déficit real empiezan a moverse”, dijo. Unos 200 médicos viajan desde Montevideo u otro departamento para ejercer la medicina. Lamentablemente, este panorama no se generó de un día para otro y se arrastra desde hace muchos años, pero el punto es que lejos de tender a revertirse, el déficit se va agravando, como lo pone de relieve el hecho de que en numerosas ocasiones nos hemos ocupado del tema en nuestra página editorial y en artículos periodísticos que ponen de relieve en toda su magnitud esta falencia. Se trata de que los médicos no encuentran atractivo ni mucho menos radicarse en el Interior cuando provienen y han cursado estudios en la capital, y además, cuando son oriundos del Interior, la mayoría de quienes cursan estudios opta por radicarse en Montevideo porque tienen mejores oportunidades en su vida profesional y reciben mejor paga, además de tener la posibilidad de asistir a cursos en los que van actualizando técnicas permanentemente.
Sin dudas que la carencia de recursos humanos, agravada por la falta de especialistas, es uno de los grandes problemas de la atención médica en el Interior, y por lo tanto es una manifestación más del centralismo y la centralización que existe en nuestro país en prácticamente todas las áreas .
El punto es que las autoridades nacionales de la salud lo saben, como también saben que todos los institutos de medicina altamente especializada (IMAE) están instalados en Montevideo, pero pasan los años, se suceden las administraciones, los gobiernos, y la situación se mantiene incambiada, porque hay intereses creados y no se ha encarado políticas reales de estímulo para que el Interior, y mucho más aún el Interior profundo, cuente con servicios que siquiera se acerquen a los que se ofrecen al sur del Santa Lucía.
Por lo tanto, más allá de los diagnósticos y de que las autoridades de ASSE se rasguen las vestiduras, es hora de que realmente se enfrente con decisión el problema y se haga algo efectivo para revertir este panorama, porque evidentemente no ha alcanzado con los anuncios de buenas intenciones. Faltan hechos que los respalden.