Policiales | 20 Ene Un barco de la escuela de vela del Yacht Club Paysandú, denominado “Gato”, zozobró en la tarde de ayer frente al muelle “de la Shell”, al ser sorprendido por la tormenta en momentos en que maniobraba para ingresar a la bahía del club.
La antigua embarcación de madera, de pequeño porte, navegaba a motor con tres tripulantes a bordo –todos mayores de edad-- hacia el Este con viento de frente cuando se produjo un fuerte chaparrón que restringía la visibilidad a unos pocos metros. Instantes más tarde, una turbonada imprevista produjo una rápida rotación del viento que obligó al timonel a maniobrar inmediatamente con la intención de mantener la proa enfrentada a la ráfaga.
Sin embargo, a pesar de que el mástil no llevaba ninguna vela desplegada --precisamente porque iba impulsado por un pequeño motor auxiliar fuera de borda--, la fuerza del meteoro tumbó casi instantáneamente al velero, que al carecer de cabina cerrada embarcó agua hasta hundirse en cuestión de segundos.
Para ese entonces se encontraba prácticamente a la altura del muelle “de la Shell”, por lo que todos sus tripulantes llegaron a la costa a nado sin dificultad. “Fue todo muy rápido; cuando el torbellino pasó por sobre el barco fue como si lo hubiera levantado del agua, y lo tumbó. No hubo nada que hacer, el motor y el timón quedaron ‘en seco’ cuando el barco se acostó de golpe. Hasta ese momento el río ni siquiera estaba muy picado y no había olas, se llenó de agua cuando el viento lo escoró”, narró uno de los pasajeros.
La estación meteorológica automática del Club de Pescadores Paysandú, apostada a pocos metros del lugar, registró rachas de viento de 80 kilómetros por hora.
Por su parte, el barco había salido del Yacht Club Paysandú con fines recreativos, encontrándose en perfectas condiciones de navegación y con todo en regla.
Minutos después del siniestro, personal de prefectura lo encontró, al regresar al puerto tras una recorrida desde el balneario municipal. Le colocaron entonces en forma preventiva un ancla y una boya para señalar el lugar donde se encontraba hundido. En tanto, hoy, luego de una serie de trámites en la oficina de Prefectura de Puerto, el barco será retirado de las aguas.
En diálogo con EL TELEGRAFO, y ante este caso, el oficial de guardia de Prefectura dio a conocer una serie de recomendaciones y precauciones a tener en cuenta. En primer lugar indicó que, como es muy común en días tan calurosos como el de ayer --en especial los fines de semana-- que este tipo de fenómenos sorprenda a muchos navegantes en la isla Caridad frente a Paysandú, lo más conveniente es permanecer en tierra firme hasta que pase la tormenta, dado que en verano son frecuentes y de corta duración. En caso que la embarcación se encuentre en medio del río, lo más recomendable es intentar llegar por la vía más rápida a la costa. “Las precauciones para navegar siempre se toman antes de salir, nunca en el momento. Es decir, si una embarcación está habilitada para cuatro personas, no pueden ir ocho; si no está habilitada para andar de noche, no debe hacerlo”.
Agregó que “todas las personas tienen que llevar su chaleco salvavidas puesto, no en la mano; es como el casco de una moto”. Recomendó también estar al tanto de los informes meteorológicos, dado que “cualquier persona que escucha radio o ve televisión, sabía que esta tormenta se podía dar acá y de esta manera, porque en la mañana la nubosidad aumentó, la humedad estaba altísima y se sabía que en cuando chocara el viento cálido del norte con el frío del sur este fenómeno se podía dar. La gente a veces no presta atención a estas señales”. Sin embargo en esta oportunidad no hubo alertas de ningún tipo para la zona de Paysandú, y ni siquiera había pronóstico de lluvias, lo que muestra qué tan cambiante puede ser el clima en verano.
“Nosotros tenemos un sistema que funciona de la siguiente manera –aclaró--: cada vez que despachamos una embarcación, ya sea por teléfono o por radio siempre le ponemos al tanto de la información meteorológica que tenemos actualizada, y por el canal 15 emitimos boletines informativos constantemente para todos los navegantes y todas la embarcaciones que tienen radio reciben esa información”.
El problema está --según dijo-- en que “no todos los navegantes tienen esa cultura del buen uso de los equipos de radio, por eso ni escuchan ni saben hablar. Utilizan el canal 16 de emergencia para hacerse chanzas entre navegantes y no lo dejan libre por si nosotros tenemos que hacer un llamado de emergencia o ellos mismos”.
Finalizó diciendo que “estamos con un problema de conciencia de la gente, esa misma gente que no tiene conciencia en la calle, en la vida común y corriente es la gente que va al río, por lo tanto tampoco toma las precauciones adecuadas, dado que las verificaciones de seguridad siempre tienen que hacerse antes de echarse al agua, nunca después de haber salido a navegar, así como también el despacho. Ahí determinamos si está habilitada y autorizada para navegar, pero mucha gente hace despachos cuando ya está en medio del río; también hay gente que se despacha para la isla caridad y aparecen abajo del puente, por lo que cuando tienen una emergencia y salimos a buscarlos, no sabemos dónde están. Todas esas cosas son contrarias a la navegación, es decir, juegan en contra”, finalizó.